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Universidad de Chile

Cuatro años de Primer Plano: historia de una revista que se empeña en pensar el cine

Cuatro años de Primer Plano: historia de una revista que piensa cine

Claudio Salinas, académico FCEI y parte del comité editorial -junto a María Eugenia Meza, David Vera Meiggs, Héctor Soto y Hans Stange-, declara sobre el futuro de la publicación: "Lo que queremos es dar un salto evidentemente. Ya este Primer Plano es interesante, tiene cuatro años, más años que en la primera etapa. Y ha sido a puro pulso, lo cual también nos da mucha libertad; queremos mantener esa libertad, pero querríamos tener más recursos para poder hacer más cosas".

Todo comenzó en 2017, cuando Hans Stange y Claudio Salinas ­—investigadores del cine chileno y latinoamericano y académicos de la Facultad de Comunicaciones e Imagen de la Universidad de Chile­se contactaron con el crítico de cine Héctor Soto. La intención era entrevistarlo para un libro sobre el legado de Sergio Salinas, reconocido crítico de cine que, entre otras cosas, dirigió la revista Primer Plano, considerada un hito en el periodismo cultural nacional. Fundada en 1972, y concebida al alero del Departamento de Cine y Televisión de la Vicerrectoría de Comunicaciones de la Universidad Católica de Valparaíso, alcanzó a tener cinco números impresos, antes de que su publicación fuera interrumpida por el golpe de Estado del año siguiente.

En uno de esos encuentros, Héctor Soto les contó que había encontrado una joya: los manuscritos originales del sexto número de la revista que no fue publicado en octubre del 73, como estaba planificado.

Así parte la segunda etapa de la revista cine Primer Plano, renacida en formato digital hace casi cuatro años y que, hoy, representa viejos y nuevos desafíos para su actual comité editorial.

PASADO

Para Claudio Salinas que, antes de convertirse en investigador de las comunicaciones se había formado en Historia, el hallazgo de los manuscritos inéditos se le presentó como algo más que significativo: “Para un historiador, para alguien que trabaja filosofía, es como encontrar el Santo Grial. O sea, algo que ni siquiera se conocía”, comenta el profesor, todavía entusiasmado.

Al equipo de Stange y Salinas se había sumado el cineasta, académico y crítico de cine David Vera-Meiggs, a quien consideran su formador, y formador de varias generaciones de estudiantes de las comunicaciones en la Universidad de Chile. Con los manuscritos en la mano, el trío de académicos contactó a Faride Zerán, entonces vicerrectora de Extensión y Comunicación de la Universidad de Chile, y obtuvieron el apoyo para editar el sexto número, que salió en papel couché en 2018, 45 años después de lo previsto por sus autores: “Mantuvimos el espíritu de ese trabajo. Las intervenciones fueron mínimas; ciertas actualizaciones como en la presentación, pero el espíritu, la narrativa y las palabras son las de la época”, aclara Claudio Salinas.

A partir de este acontecimiento se comenzó a configurar un desafío que los conectaba con el pasado, con el espíritu de Sergio Salinas y con el del equipo que dio vida a Primer Plano durante la Unidad Popular: Héctor Soto, Robinson Acuña, Luisa Ferrari, Aldo Francia, Hvalimir Balic y José Román, Orlando Walter Muñoz, entre otros.

Un desafío que, según Hans Stange, actual editor general de la revista, consistía en pensar un espacio para la crítica de cine que no sirviera de promoción de películas ni que se constituyera para un público selecto o especialista. Que, mejor que eso, estuviera “nutrido con la teoría, sin ser teórico; capaz de plantear distancia crítica, de hablar con independencia y de mostrar un panorama que logre explicar, interpretar e interpelar las conexiones del cine con la sociedad”, detalla.

Con esta premisa decidieron lanzar la segunda etapa de la revista Primer Plano, esta vez en formato digital.

PRESENTE

“Contamos con pocos recursos y con grandes ambiciones”, declaraba Hans Stange, el 7 de julio de 2021 en el relanzamiento de Primer Plano. Lo acompañaba el comité editorial en pleno: Héctor Soto (quien se mantuvo por un año), David Vera-Meiggs, Claudio Salinas y una novedosa incorporación, la experimentada crítica de cine, María Eugenia Meza.

Y es que, como parte de los nuevos desafíos, el equipo se había propuesto dejar de ser un grupo meramente masculino y para eso, siempre supieron a quién convocar. María Eugenia Meza, quien era una persona cercana: había sido compañera de Vera-Meiggs en la universidad; había conocido y participado de las tertulias de Sergio Salinas y había editado unos textos que Hans Stange y Claudio Salinas escribieron para la Cineteca Nacional.

Además, se había abierto camino en la crítica de cine en los 70, a los 28 años, cuando tuvo el privilegio de escribir para una editora como María Romero, quien exigía textos que abordaran el cine en nueve carillas. Han pasado casi cincuenta años de aquello, y los medios ya no dedican tanto espacio a la crítica cinematográfica. Por lo mismo, defiende el rol mediador de quienes se animan a compartir sus observaciones frente a una película con el fin de contribuir al aumento del goce estético de las audiencias: “En la época en que empecé, el que una película tuviera muy buena fotografía, por ejemplo, era el síntoma para el público, en general, de que se trataba de una buena película. Y eso no necesariamente es así; tú puedes tener una muy buena fotografía y hacer una muy mala película”, puntualiza.

Hoy, María Eugenia valora que la revista Primer Plano mantenga un foco en el cine nacional, una perspectiva crítica frente a la industria cinematográfica, una reflexión profunda de los temas que el cine plantea y que, además, integre nuevas plumas femeninas en sus publicaciones. Pero, sobre todo, destaca el rol de semillero que representa Primer Plano para futuras generaciones de críticos de cine, en un contexto donde criticar, es decir, pensar, cuenta con espacios cada vez más acotados.

En la misma línea, Hans Stange señala que, si bien en la actualidad, hay muchas más publicaciones sobre cine, se trata de publicaciones especializadas o de comentarios y reseñas reducidas en su consistencia: “Estamos llenos de juicios de valor y no de juicios críticos. Entonces, cuando uno escoge qué película ver porque tiene más puntitos o más estrellas, no hay realmente un ejercicio crítico en eso. Uno se está dejando llevar por valoraciones acríticas”, advierte.

Por eso, Stange destaca que la revista se plantee como un ejercicio de periodismo cultural, que busca reponer esa carencia, abriéndose a una mayor cantidad de voces, algunas, reclutadas en las salas de clases o en los pasillos de la universidad donde enseñan, valorando así, la combinación de plumas experimentadas con el entusiasmo de escritores incipientes, dispuestos a asumir, en sus palabras, “un programa intelectual que pelea contra algo, que defiende algo, que resiste a este estado de cosas”, asegura.

En estos cuatro años Primer Plano se ha mantenido vigente con más de 250 publicaciones, escritas por cerca de setenta colaboradores que han conseguido cautivar a un público de casi 7 mil lectores en total. Un público que, incluso, traspasa al nacional (que se queda con el 50% de las visitas), alcanzando lectores en Estados Unidos, Argentina, España, Colombia y México, entre otras partes del mundo.

Han mantenido esta iniciativa prácticamente sin apoyo económico externo, ya que cuentan solo con el aporte de un grupo de suscriptores y de sus colaboradores/as quienes aportan con su trabajo, ad honorem.  Esta realidad constituye un escenario que, de cara al futuro, representa problemas desafiantes para el comité editorial: “Hoy día tiene que ver con cómo conseguir esas condiciones para seguir ofreciendo la revista de calidad que hemos ofrecido hasta ahora”, asegura Stange.

FUTURO

Con los resultados alcanzados, el equipo de Primer Plano hoy asume la responsabilidad de pensar en perspectivas de desarrollo para su futuro, buscando dar un salto que les permita, por un lado, financiarse, y por otro, profundizar en sus líneas editoriales.

En ese sentido, buscan pensar en los nuevos contextos de la cultura cinematográfica, poner mayor atención a los consumos domésticos, a la animación, al cortometraje, a los formatos emergentes como las series o a las manifestaciones laterales o marginales de lo audiovisual.  

Claudio Salinas agrega: “Lo que queremos es dar un salto evidentemente. Ya este Primer Plano es interesante, tiene cuatro años, más años que en la primera etapa. Y ha sido a puro pulso, lo cual también nos da mucha libertad; queremos mantener esa libertad, pero querríamos tener más recursos para poder hacer más cosas”, sugiere.

Y ¿qué cosas? En este escenario el comité piensa en el desarrollo de contenidos audiovisuales, quizás un podcast o un programa de Youtube que les permita amplificar el alcance de sus publicaciones y la profundización de los temas que tocan, valiéndose de la conjunción de sus experiencias para continuar aportando al fortalecimiento de una cultura cinematográfica al estilo que promovió en su momento, Sergio Salinas.

Una cultura en la que el fenómeno cinematográfico se entienda más allá de la entretención o de la comercialización del cine. Que, en vez de eso, se organice en torno a aspectos estéticos, históricos, técnicos, industriales y sociales, afirmando un puente con los públicos generales que, a través de las películas, pueden identificarse, reconocer y reflexionar sobre el mundo que habitan y el lugar que ocupan en él.

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