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En ceremonia que tuvo lugar en el auditorio José Carrasco Tapia
Hubo menciones a profesores que jugaron un rol clave en su desarrollo y consolidación, espacio para recordar a quienes dieron la vida en pos de la verdad en tiempos difíciles y advertencias acerca del nuevo escenario social del país en esta etapa post-transicional. Así se vivió el sexagésimo aniversario de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, la más antigua del país.
La Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile conmemoró su sexagésimo aniversario. Y lo hizo en un auditorio repleto, ante invitados ilustres, recordando a cada tanto aquellos hitos que explican su trascendencia histórica, homenajeando a determinados académicos que desempeñaron una encomiable labor en aras de su desarrollo y reflexionando sobre el futuro de la profesión en un país que parece haber agotado un ciclo social y político.
En el acto -llevado a efecto en el auditorio José Carrasco Tapia, y que contó con la presentación del profesor del ICEI y Premio Nacional de Periodismo 2011, Sergio Campos Ulloa- participó el Vicerrector de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile, profesor Patricio Aceituno, quien recordó la "prehistoria" de la Escuela de Periodismo fundada en 1953, cuya simiente se puede hallar diecisiete años antes cuando, bajo el rectorado del profesor Juvenal Hernández, el Consejo Universitario aprobó su creación. Asimismo valoró la entrega y compromiso de los periodistas en la promoción de los derechos humanos y la democracia, al punto que recordó que, sólo en 2012, 119 periodistas encontraron la muerte en el ejercicio de sus funciones alrededor del mundo.
"Es una profesión de alto riesgo", aseguró, recordando lo vivido por muchos periodistas "en tiempos no muy lejanos y muy difíciles para aquellos periodistas que se atrevieron a denunciar los atropellos de la dictadura, como José Carrasco Tapia". Asimismo dijo estar consciente de los riesgos a la integridad ética introducidos en una era de gran concentración en la propiedad de medios de comunicación, medios que, a la larga, "responden a los intereses de determinados sectores ideológicos".
En la misma línea se expresó la profesora Faride Zerán, Premio Nacional de Periodismo 2007, artífice en la revitalización de la Escuela de Periodismo en el periodo post-dictadura y figura clave en la creación del ICEI. Junto con pedir por la transformación del ICEI en Facultad, la profesora Zerán instó a académicos, estudiantes y periodistas a contrarrestar el paradigma tecnocrático de información instantánea, poco reflexiva, que reduce al periodista a mero agente difusor de hechos triviales propios de la farándula o de acontecimientos de impacto vecinal, "ese periodista ciudadano que cubre un choque en una esquina". Tal paradigma constituiría una verdadera "trampa" en la que no debieran caer quienes, formados al alero de la Universidad de Chile, han de hacer gala de un carácter ilustrado, crítico y de sólida formación ética.
Mensaje que recogió Gonzalo Espinoza, flamante presidente del Centro de Estudiantes de la Comunicación (CECO), quien criticó la falta de solidaridad gremial ante el cierre del diario La Nación y los bajos niveles de sindicalización en medios de comunicación que, pertenecientes al "duopolio", tergiversan la nueva realidad de Chile.
La Directora del ICEI, la Premio Nacional de Periodismo 2009, María Olivia Mönckeberg, hizo hincapié en los nuevos desafíos derivados de la evolución tecnológica, los que exigen una alta dosis de reflexión ya que "aprender a usarlas es una cosa de técnicos". Siempre relevando el rol del periodista, aún en una era de sobreinformación a través de internet, la Directora del ICEI llamó a volver "al reporteo", pues "la búsqueda de la verdad por medio de un computador no basta. Hay que volver a investigar, tomárselo muy en serio, ir más allá de las apariencias y llegar a la verdad", señaló.
La Directora de la Carrera de Periodismo, Ximena Póo, quien abrió la ronda de saludos de las autoridades, puso especial énfasis en los compromisos formativos para que así los estudiantes logren comprender la dinámica propia de una sociedad que ha institucionalizado la caridad, una donde el Estado que la rige toma palco frente a la concentración de medios pese a los perniciosos efectos que genera sobre su salud democrática. "Nuestros periodistas deben ser agresivos conforme a los derechos, golpear la mesa, agudizar los sentidos ante quienes buscan consensos donde no los hay, y también golpear la puerta para tratar de incidir en las pautas informativas", agregó.
Lidia Baltra, connotada investigadora y periodista de la generación 1956, echó luces sobre la evolución de la Escuela de Periodismo y la obra de demolición emprendida por el régimen militar, al tiempo que repasó nombres de las figuras señeras que impulsaron su desarrollo.
Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia 2006 y profesor titular de la Facultad de Filosofía y Humanidades, realizó una clase magistral que, en lo grueso, culminó sobre los desafíos de los periodistas ante el nuevo escenario generado por el "empoderamiento" de las comunidades locales y movimientos sociales de base que, ya de manera más articulada y decidida, cuestionan las instituciones de la democracia representativa post-dictadura.
"Un cuadro nuevo que demanda información pero que se mueve de manera independiente a través de las redes sociales. Los movimientos sociales se informan y se coordinan entre sí a través de esas redes sociales, pretenden la administración local de los recursos al margen del poder central, de las instituciones y los medios de comunicación tradicionales", reflexionó.
A la ceremonia también asistieron el Premio Nacional de Periodismo 2003 y profesor del ICEI, Juan Pablo Cárdenas; la Directora Alterna de la Iniciativa Bicentenario JGM, Loreto Rebolledo; el presidente del Colegio de Periodistas, Marcelo Castillo, y la titular del Círculo de Periodistas de Santiago, Verónica Martínez, entre otros.