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Este joven periodista y académico del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile valora la formación crítica que le entregó esta Casa de Estudios y se prepara para seguir un Doctorado en Estados Unidos gracias la Beca Igualdad de Oportunidades de la Comisión Fulbright, destinada a quienes no cuentan con mayores conocimientos del idioma inglés.
Cristian Cabalin siguió la huella del Programa de Igualdad de Oportunidades de Fulbright y CONICYT desde que éste se dio a conocer en 2007. Aquella vez no pudo postular, porque estaba terminando su Magíster en Antropología y Desarrollo. Entonces decidió esperar y aumentar su curriculum académico. "Apenas se abrieron las postulaciones el año pasado, presenté mis antecedentes", relata.
Actualmente tiene 27 años y es académico instructor en el Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile, desde 2006. También es parte del equipo de investigación del Programa de Libertad de Expresión de esa misma unidad académica, hace clases en pregrado y cuenta con algunos proyectos de investigación en marcha, como por ejemplo un estudio sobre la ciudadanía y la identidad cultural en sectores populares, que es financiado -a través de un concurso público- por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).
Sus intereses están vinculados con Educación, Comunicación, Cultura e Igualdad. Por ello, ha pensado en universidades como las de Pennsylvania, Indiana Bloomington, Washington Seattle, Nueva York, Ohio State, Madison Wisconsin y Michigan State. "De todos modos, la sola posibilidad de estudiar en una de las cien mejores universidades del mundo es todo un privilegio", confiesa Cristian.
Él considera que la beca de la Comisión Fulbright y CONICYT es un gran paso para generar precisamente igualdad de oportunidades. "Generalmente, estas becas se las ganaban quienes tenían un dominio de inglés en niveles avanzados. Eso muchas veces se relaciona con la condición socioeconómica y el capital cultural acumulado de los postulantes, pues provienen de colegios bilingües. Esto abría una brecha más entre quienes egresan de establecimientos públicos o subvencionados y quienes lo hacen de colegios privados", afirma el académico del ICEI.
Hoy, en cambio, con esta beca, alumnos de colegios públicos "son integrados a competir en igualdad de condiciones y a demostrar su talento y capacidad académica. Es un paso para avanzar en la inclusión social que Chile tanto requiere. Además, aumenta las posibilidades del país de contar con una mayor masa crítica de académicos y profesionales formados en las mejores universidades del mundo", agrega.
Primera generación universitaria
Cristian cursó la Enseñanza Media en el Liceo San Francisco, un colegio particular subvencionado de la comuna de San Ramón cercano a su casa. "Era una buena alternativa dentro de las dificultades que deben sortear los colegios y escuelas de las comunas pobres, que evidentemente presentan mayores problemas de calidad y financiamiento", explica.
En su familia, están todos muy contentos con la noticia. Comprenden que es una excelente oportunidad aunque tienen un poco de tristeza porque Cristian deberá alejarse durante cuatro años. "Pero aún nos queda tiempo juntos", recuerda él.
Es el primer integrante de su familia que ha podido estudiar en la Universidad. Sabe que este año será de mucho estudio y preparación académica. "Debo pasar los exámenes TOEFL de inglés y GRE de admisión a las universidades. Dentro de la beca, se contempla un curso de inglés intensivo que es muy útil, pues no todos los seleccionados tenemos un adecuado nivel de inglés para cursar un doctorado en Estados Unidos", apunta.
De aprobar los exámenes con los puntajes exigidos por Fulbright y CONICYT, viajaría en marzo de 2010, para continuar los estudios de inglés en Estados Unidos. Y en caso de ser aceptado por el programa de doctorado, comenzaría sus estudios en agosto o septiembre de 2010.
Apoyo de becas
Cristian considera que la Universidad de Chile es la institución de Educación Superior más importante y con mayor prestigio en el país, lo que lógicamente impacta en la formación de sus estudiantes. "Lo más relevante es su mirada critica, la excelencia académica y el compromiso con la sociedad. Yo estudié en el Instituto de la Comunicación e Imagen, donde se genera un ambiente de aprendizaje crítico y de calidad. Además, hice mi Magíster en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad. Ahí también recibí una formación de calidad", destaca.
Él lleva nueve años vinculado a la Universidad de Chile, primero como estudiante de pregrado, luego de postgrado y hoy día como académico. Además, ha realizado toda su vida estudiantil gracias a becas que consideran las condiciones socioeconómicas y sobre todo la excelencia académica.
En la Enseñanza Media, contó con la Beca Presidente de la República, que luego conservó en la Universidad. Allí también tuvo la Beca Juan Gómez Millas, la Beca PAE de la U. de Chile y la Beca de la Liga Protectora del Estudiante. Su Magíster pudo realizarlo con la Beca de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) y con la Beca de la Fundación Volcán Calbuco.
"El apoyo del Estado y de diversas instituciones es determinante en el éxito o fracaso de los estudiantes que tienen talento, pero que no cuentan con las condiciones económicas y culturales necesarias", concluye Cristian.
Texto: Marco Antonio Braghetto (Uchile.cl)