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Universidad de Chile

Con 15 años de trayectoria

Egresada de la Escuela de Periodismo Makarena Estrella recibe premio por su trabajo en divulgación científica

Egresada recibe premio por su trabajo en divulgación científica

La comunicadora fue reconocida en la clausura del XIX Congreso RedPOP realizado en México por su trabajo en el Instituto Milenio de Astrofísica, que busca acercar la astronomía y las ciencias a la población.

La egresada de la Escuela de Periodismo de la U. de Chile  y magíster en comunicación científica, Makarena Estrella Pacheco, recibió el Premio Latinoamericano a la Popularización de la Ciencia y la Tecnología 2025, por su trabajo en el programa  ObservaMAS del Instituto Milenio de Astrofísica.   Esto en el marco del XIX Congreso de la Red de Popularización de la Ciencia y Tecnología de América Latina y el Caribe (RedPOP) que se realiza de forma bianual en Puebla, México. 

El proyecto ObservaMAS funciona bajo el lema Acercándote MAS al cosmos y ha alcanzado a casi tres millones de jóvenes desde su puesta en marcha en 2014. Esto gracias a las más de 450 actividades como talleres en colegios, noches de observación masiva y programas de astronomía inclusiva, además de facilitar el acceso gratuito a diversos materiales de aprendizaje. 

En conversación con nuestra facultad, Makarena abordó los desafíos de la divulgación científica en nuestro país y las deudas que aún tiene la sociedad con la ciencia. 

¿Qué significó para ti y el Instituto Milenio de Astrofísica recibir este premio y también como parte de un ecosistema de divulgación científica en Chile?

Lo recibo con mucha humildad y pienso que no es solo el reflejo del trabajo que yo he realizado, sino de todo el ecosistema de divulgación científica en Chile. Cuando comencé, la divulgación científica estaba en pañales en el país, era difícil formarse en el área y mucho más dedicarse a ello. Sin embargo, cada vez somos más los profesionales que se dedican a tender puentes entre los científicos y la ciudadanía, y este premio de alguna forma refleja lo bien que se están haciendo las cosas en Chile.

Respecto al MAS, es un reconocimiento que viene a coronar los 12 años que hemos trabajado para llevar la astronomía a las personas. Reconozco el trabajo de muchas personas, incluyendo mis jefaturas y la investigadora Manuela Zoccali, que creyó en el proyecto y nos ayudó a impulsarlo. Pero, sobre todo, a los estudiantes de posgrado que pertenecen al equipo de ObservaMAS, ya que son ellos los que se conectan con las personas y los entusiasman con la astronomía. A su trabajo le debo muchísimo.

Mirando hacia atrás, ¿qué hitos o aprendizajes consideras más decisivos en estos más de 15 años dedicados a acercar la ciencia a las personas?

Uno de los aprendizajes más importantes de estos quince años es la necesidad de crear experiencias atractivas para que las personas se conecten con la ciencia y contar con la colaboración de distintas instituciones y disciplinas es lo que nos permite justamente eso. Asimismo, escuchar al “público” saber qué les interesa y divulgar la ciencia a través del diálogo y no como un monólogo vertical en el que uno dice “esto es lo que te vengo a enseñar”. Suele pensarse que las personas están poco interesadas en estos temas, pero la verdad es que tanto el mundo científico como quienes nos dedicamos a la divulgación, tenemos una tarea fundamental: Mostrar al público que la ciencia está en todo lo que nos rodea, que no es algo ajeno, lejano o destinado a ser entendido por “personas iluminadas” o con capacidades especiales.  Recuerdo con mucho orgullo que, en 2019, 16 mil personas nos acompañaron a celebrar una de nuestras primeras noches de observación, lo que da cuenta de este interés  en la ciencia.

El programa ObservaMAS ha alcanzado a casi tres millones de personas en una década. ¿Qué crees que explica el éxito y la permanencia de esta iniciativa?, ¿cómo han logrado llegar a tanta gente?

En divulgación, la astronomía tiene una ventaja comparativa frente a otras ciencias  que parecen más complejas y lejanas. Es muy atractiva, muy visual y nos conecta con algo que es muy humano como lo es preguntarnos cuál es el origen de todo. Además, Chile es uno de los lugares más privilegiados para estudiar el cosmos y esa virtud, que debemos proteger, ha calado en el inconsciente nacional.

Dicho eso, creo que el éxito de ObservaMAS tiene que ver primero con el apoyo que ha recibido desde las jefaturas, que creyeron e impulsaron el programa. Asimismo, con un trabajo colaborativo interinstitucional. Uno de los pilares del programa son las alianzas creadas con otros organismos, instituciones y grupos de personas, principalmente fuera del ámbito de la astronomía e incluso de la ciencia. Ese trabajo mancomunado es lo que nos ha permitido crear experiencias significativas y productos que han tenido buen recibimiento por parte de las personas.

Mencionaste que la labor de comunicadores científicos a veces es poco reconocida en el mundo académico. ¿Cómo crees que debería fortalecerse el reconocimiento y apoyo institucional a la divulgación en nuestro país?

Solo hace pocos años la divulgación científica está siendo un pilar fundamental de los centros de investigación y una obligación, como una forma de traspasar el conocimiento generado en la academia a todas las personas. Ahí la Iniciativa Científica Milenio, programa estatal del que forma parte el MAS, fue muy visionaria. 

Sin embargo, eso no siempre ha sido la regla. Muchos divulgadores nos encontrábamos (y encontramos aún) con barreras importantes en el mundo científico, teniendo que explicar el valor de nuestro trabajo y por qué es importante comunicar la ciencia. Cada vez es menor, pero aún persiste en ciertos ámbitos una especie de desconfianza de que los comunicadores “banalicemos” o simplifiquemos en demasía la ciencia, perdiendo su complejidad y profundidad.

Aunque esa desconfianza ha ido disminuyendo, el trabajo de los comunicadores necesita más apoyo, la posibilidad de formar equipos de trabajo dedicados al área y no esperar que una sola persona sea gestora, community manager, divulgador, diseñador y luego sociólogo para poder evaluar cómo resultó el proyecto y cómo mejorarlo. Tal como ha crecido el interés de las personas en la ciencia, de la misma forma tienen que crecer los equipos que nos dedicamos a esto. 

¿Cuáles son, a tu juicio, las principales deudas pen dientes en materia de alfabetización científica en Chile y cómo iniciativas como ObservaMAS ayudan a abordarlas?

En los tiempos actuales creo que abordar el tema de la desinformación es una de las prioridades más importantes a las que nos enfrentamos los comunicadores científicos. Tenemos que lograr que la voz de la ciencia tenga la misma vitrina y alcance que la de la pseudociencia o de información incorrecta o malintencionada.

Uno de los obstáculos principales con los que nos encontramos es el financiamiento, ya que los proyectos se financian principalmente con fondos públicos concursables. Aunque son increíblemente valiosos y muchas de las iniciativas exitosas que existen han nacido gracias a ellos, la concursabilidad les impide tener continuidad. Creo que en una de las cosas en las que ObservaMAS es un ejemplo, es que se destinó un fondo fijo de divulgación dentro del presupuesto que, aunque no nos permite realizar proyectos de gran envergadura sí permite mantener el programa funcionando constantemente, creando distintas actividades y productos, además de pagar incentivos (aunque menores) a los facilitadores

Otra cosa importante que creo que nos falta abordar en temas de alfabetización, es la evaluación de las actividades y proyectos. Dejar de estimar el éxito de una iniciativa solo en términos cuantitativos, por número de asistentes, y explorar qué dejamos en las personas y si los objetivos que nos planteamos inicialmente se cumplieron. Para eso es que se necesita la interdisciplina, porque los comunicadores no necesariamente tenemos los conocimientos para hacerlo y necesitamos el apoyo para hacernos acompañar de expertos.  Esto es una deuda personal que quiero abordar en el futuro.

También está la profesionalización de la divulgación. Cuando comencé no existían en Chile programas de formación en divulgación y estoy muy contenta de que poco a poco se han abierto distintos postítulos y diplomados. Ahí la Facultad de Ciencias de la U. de Chile fue pionera.

Has destacado que ObservaMAS ha sido un semillero de nuevos divulgadores. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con estudiantes de posgrado y qué rol cumplen en este proceso de llevar la ciencia a diferentes comunidades?

Los estudiantes que trabajan en ObservaMAS son el corazón del programa. Son ellos los que llevan la astronomía a las personas, los que logran traspasar la misma pasión con la que estudian el universo a quienes alcanzamos, impulsándolos a querer conocer más. Una de las principales líneas programáticas de ObservaMAS es llevar la astronomía no sólo a quienes tienen un interés de antemano creado en ella, sino entusiasmar a quienes hasta ahora no les interesaba. Por eso, hemos buscado realizar  actividades en espacios que tradicionalmente no están dedicados a la ciencia, como centros comerciales o parques públicos. Este desafío, entablar una conversación interesante de mutuo entendimiento y respeto por las ideas, es lo que los estudiantes facilitadores de ObservaMAS han logrado y espero que el programa les haya ayudado a desarrollar y perfeccionar habilidades de divulgación que en muchos de ellos ya eran innatas.

¿Qué destacarías qué te enseñó la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile en materia de divulgación científica, cuál es el valor que destacarías?

Cuando decidí estudiar periodismo, siempre supe que quería dedicarme a la comunicación científica. Lamentablemente, en la escuela no había formación específica en esta área, ni siquiera un electivo, porque la verdad es que no recuerdo que lo hubiera en ninguna universidad. Sin embargo, la formación que recibí me ha ayudado en todos los trabajos que he tenido. La rigurosidad, la exigencia y también una buena pluma. La malla con la que yo estudié estaba muy enfocada en el periodismo escrito. Eso me permitió “soltar la mano” y adquirir estrategias para abordar contenidos complejos y materializarlos en una estructura abordable para quien no supiera de determinado tema, pero sin perder su profundidad.