Centralidad de la comunicación en un mundo globalizado
En la última década la comunicación se ha vuelto central, configurando lo que desde Europa se ha llamado la sociedad de la información. También en América Latina la comunicación ocupa un lugar estratégico al interior de la sociedad y ha pasado a constituir una dimensión clave de la modernización tecnológica y económica.
En Chile, el despliegue de las industrias de la comunicación se inicia a fines de los años ochenta, con el advenimiento y desarrollo de las nuevas tecnologías: la televisión por cable, la televisión satelital, la telefonía celular, internet, entre otras. Estas nuevas tecnologías han pasado a formar parte de la vida cotidiana de vastos sectores de la población, modificando nuestras formas de relacionarnos e, inclusive, nuestros modos de conocer y vivenciar la realidad. Sin embargo, la sociedad chilena no ha asumido dichos cambios de manera reflexiva.
Respuesta desde la mirada universitaria
Este escenario se debe, entro otros factores, a que no ha habido una respuesta adecuada desde la educación superior. La orientación profesionalizante de las carreras de comunicación no ha permitido una adecuada articulación del saber práctico con el académico. A esto se une el sesgo fuertemente "letrado" y rígido de los currículos, cuestión que ha dificultado el acceso a los nuevos códigos, ritmos, intensidades y mixturas que estarían operando en una diversidad de formatos, géneros o virtualidades.
En definitiva, el tipo de formación no siempre ha sido la más adecuada para el desarrollo de la capacidad crítica, constatándose insuficiencias no menores tanto en la actualización del instrumental analítico como en la propia comprensión de los nuevos ejes característicos de los actuales espacios comunicacionales o públicos. Este déficit es particularmente notorio en lo que genéricamente se podría llamar el mundo de la imagen.
En el caso de la Universidad de Chile, el plantel inició la enseñanza del periodismo en 1953, siendo la primera de nuestro país y una de las pioneras de América Latina. A fines de los años sesenta extendió su radio al campo de la comunicación, en el marco de las propuestas que se abrían paso en el concierto internacional. Fue así como en 1971, con la reforma universitaria, se creó el Departamento de Ciencias y Técnicas de la Comunicación (renombrado en 1998 como Departamento de Investigaciones Mediáticas y de la Comunicación).
Sin embargo, diversas circunstancias impidieron que la Universidad de Chile se inscribiera de lleno en la tendencia que amplió la dimensión de la enseñanza del periodismo a la comunicación social y audiovisual. En el continente numerosas universidades crearon facultades o escuelas de comunicación. En Chile, en cambio, predominó la denominación de escuelas de periodismo, por razones atribuibles a la legislación vigente sobre títulos profesionales y a cuestiones de mercado vinculadas a la multiplicación de las universidades privadas.
