Buscador
Un saludo de despedida para un ex compañero de Periodismo
Sebastián Urzúa falleció el pasado jueves 4 de junio dejándonos a todos quienes fuimos sus compañeros, profesores y amigos con una gran tristeza; pero también con un bonito recuerdo de su paso por nuestras vidas. Aquí, el saludo de su amiga Pamela Biénzobas periodista titulada de nuestra Universidad, quien desde Francia nos envío estas palabras que le recuerdan.
¿Por qué me cuesta tanto encontrar las palabras? ¿Por qué me quedo sin palabras? Y sin embargo, la palabra escrita fue nuestra forma de comunicación desde que apareció tu enfermedad. Sin fuerzas o sin voz para hablar por teléfono, con un océano entre nosotros, nuestro contacto se hacía por las palabras, que fluían sin problema, que parecían transportar tu tono de voz, tu mirada, tus gestos. Palabras que te hacían presente.
Es por la palabra, también, que hoy todos a quienes marcaste tratamos de expresarnos, de apoyarnos mutuamente, de decirte lo que quisiéramos haber dicho en otro momento. Pero no sé cuáles usar ahora para hablar de ti. Al momento de tu partida, la palabra que me invadió no fue “muerte” sino “vida”. Quizás porque la primera había ensombrecido todo desde que el cáncer se instaló de por medio, haciendo difícil aquello que mejor supiste hacer: disfrutar de la vida. Y luego, cuando pese a tu lucha el dolor y la muerte estaban venciendo, tu esperanza fue justamente la creencia en la reencarnación. Sin perder tu sentido del humor, me contabas que esperabas que tu próxima vida fuera mejor, aunque te daba una lata atroz volver a pasar por la infancia y la adolescencia. Aún frente a la muerte brillaban ante todo tus ganas de vivir.
Ése es el mayor legado que conservo de ti, y lo que quisiera compartir con todos, con tantos, que sufren también por tu partida. Viviste a fondo y sentiste a fondo. Disfrutabas con tu personaje de chico frívolo, pero era una máscara (que a veces te pesaba) para resguardar la verdadera profundidad de tu mirada y tus sentimientos. Hace casi dos años, un encuentro maravilloso cambió tu forma de ver la vida y de valorar las cosas. Aunque me da rabia que no hayas podido vivir más y mejor ese amor, sé que fue un sostén esencial hasta el último instante, y aún hoy.
Creo que es esa vitalidad desbordante, más que tu juventud, lo que tiene en shock a quienes se enteraron de tu fallecimiento sin haber sabido de tu rápida enfermedad. Decir que tenías tanto por vivir no tiene que ver con que partieras con apenas 36 años, sino con todos tus proyectos para una nueva vida. Cansado del periodismo, que ejerciste durante algunos años en un diario, y luego como encargado de prensa para obras de teatro, estabas avanzando concretamente en la realización de tu sueño: una empresa de turismo en tu adorado Valle del Elqui. Querías un cambio radical, dejar Santiago, vivir de otra forma. Pero lo que partió como una afonía rompió tus planes.
Todavía no encuentro las palabras. Quisiera borrar las que ya escribí. Quizás sea que poner esto por escrito tiñe todo de una noción de final. Pero con ese amor tan generoso con que me cuidabas y protegías de la pena de perderte, me pediste que viéramos esto como parte de la vida. Finalmente, son tuyas las mejores palabras que puedo encontrar.
Pamela Biénzobas
Ex compañera y amiga de Sebastián Urzúa
Periodista Universidad de Chile