Buscador
Entrevista a Carlos Ossa:
El coordinador del Magíster en Comunicación Política explica las motivaciones que existieron para desarrollar el programa y cuáles son los objetivos que éste persigue a mediano plazo. Sostiene que era necesaria la instalación de un espacio específico para discutir los problemas de la sociedad contemporánea desde un punto de vista poco abordado en Chile, y recibe con entusiasmo la noticia de la reciente acreditación del Magíster por el máximo de años establecidos.
Con gran satisfacción recibieron las autoridades del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) la acreditación, por un período de dos años, del Magíster en Comunicación Política por parte de la Comisión Nacional de Acreditación de Postgrado (CONAP), lo cual representa un importante avance en el área de las comunicaciones y un aporte al país, reafirmando el compromiso social de nuestro Instituto.
De este modo, los principales favorecidos con esta resolución serán los estudiantes, ya que podrán optar a las becas que otorga la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) para los programas acreditados de Magíster y Doctorado que ofrecen las universidades chilenas.
Uno de los más satisfechos con la noticia es el coordinador del Magíster en Comunicación Política de nuestro Instituto, Carlos Ossa, quien explica las motivaciones que tuvieron para desarrollar este programa y las principales proyecciones en un futuro cercano.
-¿Cómo recibe la noticia de la acreditación?
La política institucional de la Universidad de Chile ha establecido que los programas de postgrado, para poder impartirse están obligados a acreditarse. Por tanto, más allá de la satisfacción personal por este reconocimiento público, nosotros estamos cumpliendo las obligaciones que académicamente define la universidad para los postgrados. En ese plano, el Magíster en Comunicación Política satisface los estándares elementales para entregar la formación en un campo que, en Chile, es desconocido, con escaso desarrollo y que requiere urgentemente especialistas.
-Pero la acreditación significa además que los estudiantes podrán participar en concursos públicos, becas de CONICYT.
Claro, la acreditación tiene dos méritos. Por un lado, es un sistema de validación académica. Y por otro, es un sistema de beneficios que se traducen fundamentalmente en becas de concurso público a las que pueden postular los estudiantes. En rigor, la política de aumentar el número de especialistas con postgrado es una estrategia que el Estado chileno ha desarrollado en los últimos años y que ha concentrado sus mayores esfuerzos en CONICYT.
-Usted dice que la comunicación política es un campo desconocido en nuestro país, pero ¿existen programas similares o que se puedan comparar con el Magíster en Comunicación Política?
En el periodo en que se diseña la propuesta del Magíster, lo más cercano era un programa de comunicación estratégica, que consideraba en una de sus líneas a la comunicación política. Dentro del total de los programas de magíster acreditados por CONICYT a la fecha, ninguno hace alusión a estas temáticas. En ese plano, sin ninguna pretensión publicitaria, éste es el primer programa de esta naturaleza.
-¿Cómo surge la idea del Magíster?, ¿Quiénes son los responsables?
Este es el resultado de un largo proceso, donde la investigación y la discusión centrada en este problema, dio como fruto el magíster. Cabe indicar que este proyecto es la consecuencia de un trabajo compartido por años con el profesor Juan Pablo Arancibia, sin él cual creo que el magíster no tendría las orientaciones y complejidades que sugiere. Además, resulta del intercambio académico y las preocupaciones de otros investigadores, como Eduardo Santa Cruz y Carlos Ossandón. Nos une una cercanía intelectual asociada a la preocupación por los temas de la comunicación, de la política, de la cultura, de la subjetividad... del Chile contemporáneo.
Tomamos la decisión de elaborar una propuesta que durante dos años gestionamos a través de la importante colaboración que nos prestó la dirección del Instituto y las permanentes exigencias que nos hacía la dirección de postgrado. La propuesta terminó siendo aceptada por la Universidad, y se nos permitió implementarla a partir del año pasado. Pero fueron dos años de trabajo y espera, para recibir la aprobación institucional, no como resultado del proyecto mismo, sino de varios años de asimilación y de “acumulados” que hicieron posible rediseñar y mejorar la propuesta.
-Stuar Hall plantea que el conocimiento no es el resultado de una labor interna de los intelectuales, sino que en cierto modo es el reflejo del modo en que las transformaciones de la realidad son apropiadas por el pensamiento. ¿Qué transformaciones o qué situación, nacional o mundial, han determinado la emergencia de éste postgrado como campo nuevo de conocimiento?
Pensando justamente en que Stuart Hall define que toda teoría es una política, y que, por tanto, uno no puede renunciar en la teoría a hacer la política del presente, el programa se plantea la necesidad de pensar la sociedad contemporánea y sus dilemas democráticos. Es decir, dar cuenta de cuales han sido los resultados de una serie de procesos que en el campo político, social y cultural, dan forma a la sociedad en que vivimos, y también prestar atención a sus múltiples desigualdades, contradicciones y desmesuras, que en rigor también son parte de las formas que toma la realidad cuando trata de organizar su propia lógica.
Nosotros tenemos la impresión de que la sociedad chilena, por ejemplo, independiente de los discursos elitistas y optimistas del desarrollo, continúa siendo una sociedad, en rigor, bastante desigualitaria, discriminadora y, en muchos sentidos, concentracionaria respecto a las problemáticas del poder.
Por lo mismo, hacerse la pregunta por el significado del poder era una de las razones que animaron la creación del Magíster en Comunicación Política. Magíster que quiere diferenciarse diametralmente de lo que en Chile se ha entendido, de modo bastante grosero, como comunicación política y que se asimila al marketing político. No se desprecia este aspecto, sino que se lo considera un capítulo, un tema dentro de un campo mucho más amplio, más denso y de mayor complejidad. Teniendo en cuenta que nuestra preocupación por el problema de la política se traduce en una reflexión no sobre el mundo institucional, los partidos o el Estado, sino sobre lo político, la construcción simbólica del poder, y las estrategias que lo definen.
-Podría uno preguntarse ¿para qué sirve el Magíster?
Si tuviéramos que ponernos en la vieja disyuntiva entre saberes utilitarios y no utilitarios, tendría que responder con una afirmación que arruinaría las pretensiones del Magíster, no lo sé. El saber es un espacio heterogéneo destinado a poner en circulación diversos conflictos no traducibles, todos, al rendimiento y el cálculo, busca articular sentidos –ahí donde otros sólo ven ganancia-; ofrece comprensiones de lo inédito cuando sólo se espera seguridad. En un tiempo donde la Universidad parece ser un contexto más y el conocimiento un recurso retórico, este magíster se propone abrir un espacio a la discusión entre lo académico y profesional.
Aspiramos a que los estudiantes que cursen el Magíster, tengan la suficiente pasión cívica y compromiso académico, para no buscar solamente un grado. Nuestro propósito es mostrar la relación entre el hacer y el comprender como se hace, para lograr una mayor definición de los procesos e identificar los ejes sustantivos que movilizan las necesidades y contradicciones de lo político.
-La Universidad plantea actuar más –directamente- en la democracia, la participación, el pluralismo y el respeto a la diversidad cultural… ¿Existe alguna ambición en esa línea?
Queremos contribuir al desarrollo del campo del conocimiento en el área de las comunicaciones. Si, efectivamente, a lo largo del tiempo, nuestros estudiantes, gracias a lo que nosotros entregamos, se vuelven actores relevantes de ciertos procesos políticos, o participan en la creación de un área, o son protagonistas de la proliferación del campo de la comunicación, nos sentiremos más que satisfechos y seguros de este programa. Las ambiciones del conjunto de profesores que integran el magíster, van en la dirección de entregar calidad, saber actualizado y formación integral. El mayor premio para un académico es que el saber prolifere, irradie y enriquezca la vida social de una comunidad.
Víctor Valenzuela y Patricio Gómez