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Ayer y hoy viernes 8 de septiembre se exhibirá en el prestigioso Festival de Cine de Venecia el trabajo de la cineasta de la Universidad de Chile Tana Gilbert. La obra se mostrará en el Palazzo del Casino y es el primer documental chileno seleccionado en la historia de la Semana Internacional de la Crítica de Venecia.
Este jueves a las 14:00 hrs de Venecia (Italia) se presentó por primera vez Malqueridas, el documental de la cineasta Tana Gilbert, egresada de la Escuela de Cine de la Universidad de Chile, que tuvo el honor de ser el primer documental chileno en ser seleccionado en la Semana Internacional de la Crítica de Venecia. Hoy volverá a presentarse la película a las 19:30 horas en el Festival, y será exhibido con parte del equipo.
La obra, que retrata a mujeres que son madres y están privadas de libertad, muestra cómo sus hijos crecen lejos, y a su vez cómo en la prisión encuentran afectos de sus compañeras para el apoyo mutuo. Malqueridas fue producido por la profesora de FCEI Paola Castillo, de Errante Producciones, y coproducido por Dirk Manthey. En vísperas de su primera presentación entrevistamos a Tana Gilbert quien nos contó un poco más de la película, que podremos ver en nuestro país en octubre en el marco del Festival de Cine de Valdivia.
—¿Qué significa para ti que "Malqueridas" sea el primer documental chileno seleccionado en la Semana de la Crítica del Festival de Venecia?
Estamos muy emocionadas, este espacio tiene una larga historia de descubrimiento de nuevas voces y miradas sobre el cine, lo que sin duda nos permitirá construir puentes de reflexión e intercambios importantes para el futuro. Malqueridas tiene un equipo extenso de personas muy talentosas y trabajadoras, quienes hemos realizado un trabajo contundente de siete años. La relación que construimos con todas las mujeres que participaron de la película nos ha transformado para siempre, y ha sido muy importante que algunas de ellas también sean parte del equipo. Este es el primer documental chileno seleccionado en esta sección en sus 38 años, lo que implica una gran responsabilidad. Confío en que nos permitirá poder abrir camino para otras cineastas chilenas del futuro
—Como en trabajos anteriores, en "Malqueridas" vuelves a la relación de madres con sus hijos. ¿Qué te interesa de la maternidad para trabajar en tus obras?
Mi mirada sobre el cine tiene que ver no sólo con la propuesta estética y la exploración del lenguaje, también con la construcción de discursos que interpelen sobre las problemáticas sociales que nos rodean. El cine permite abrir diálogos entre grupos humanos, explorar la riqueza cultural y las historias de la gente común. Desde mis primeros cortometrajes los cuidados, la cárcel y los roles de género han movilizado mis reflexiones artísticas. Esta es una obra creada entre ellas y nosotras, desafiando la narrativa dominante y preservando sus historias, existencia y humanidad. Con sus registros hechos con celulares clandestinos dentro de la prisión creamos un relato colectivo que reconstruye sus experiencias y afectos. El relato emerge de extensas conversaciones con más de veinte mujeres, reinterpretadas desde la experiencia de una de ellas, Karina.
—¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar en esta película situada en una cárcel?, ¿cuáles han sido los principales desafíos y descubrimientos?
Nos dimos cuenta de la importancia de crear una película colectiva debido a los hitos comunes que cada una de ellas tenía en relación con la maternidad. Si bien las historias de cada una tenían sus particularidades, al mismo tiempo sufrieron los mismos tipos de trayectorias familiares y violencias. Karina cuenta estas historias como si fueran su historia. Ella estuvo más de seis años en prisión, algunos de los momentos narrados son sus experiencias, otras son de sus amigas o compañeras. La voz y las imágenes son colectivas en la película. A pesar de la distancia con los hijos que crea el sistema carcelario, los afectos son la fuerza que sostiene y nos hace conectar con la subjetividad. En un contexto de violencia institucional y marginación, la memoria colectiva se convierte en un archivo de resistencia. Nuestro objetivo es reflexionar sobre la triple condena que enfrentan las mujeres en la cárcel: la condena penitenciaria; la condena social, por la imposición de ser “madres ejemplares” donde la delincuencia no tiene cabida, y la condena personal, por el sufrimiento que implica estar separadas de sus hijos durante años.
—El documental además trabaja con imágenes capturadas desde celulares. ¿Qué implicó trabajar en este formato?, ¿cuáles crees que son las principales ventajas y desventajas de él?
Las imágenes creadas nos permiten entrar en el espacio íntimo de la cárcel, donde las mujeres crían y habitan durante años. Sus registros nos dan una posibilidad única de mirar un mundo que no conocemos y de sensibilizarnos frente a su experiencia. Además, nos da la posibilidad de un ejercicio cinematográfico que otorga valor a estas imágenes registradas con celulares prohibidos, que de otra manera serían confiscadas, eliminadas u olvidadas. La película tiene un formato vertical, tiene que ver con respetar el origen de los materiales y reconfirmar que la imagen de la película está confinada como ellas. La primera decisión que tomamos fue trabajar sólo con mujeres que, al momento del estreno de la película, ya estarían fuera de la cárcel. Este fue un requisito inicial que nos acercó a personas con condenas de alrededor de 5-6 años. Actualmente, sólo hay una de ellas que se encuentra por salir en libertad, y que está en una cárcel especial con beneficios donde se permite usar celulares y visitar el fin de semana a sus familias. En segundo lugar, recibimos asesoría de abogados expertos en derecho penitenciario y derechos de propiedad intelectual para saber cuáles eran los riesgos de trabajar con estos materiales y esta temática.
—Por último, ¿en qué proceso está hoy la película?, ¿cuándo podríamos verla en Chile?
La película tendrá su estreno en el Festival de Cine de Valdivia en octubre y comenzará su recorrido en festivales nacionales posteriormente. Esperamos que la pelicula se estrene en salas comerciales el primer semestre 2024 y que pueda exhibirse en diferentes espacios que nos permitan amplificar el diálogo. Además del estreno en salas, realizaremos una campaña de impacto social que consiste en dos líneas de acción: la primera apunta al cambio de mentalidad respecto a la experiencia de mujeres en la cárcel en personas que no han vivido dicha realidad, buscando posicionar la temática en la agenda de organismos políticos y de la sociedad civil con enfoque de derechos sociales y feminismos, en miras de promover cambios estructurales a futuro en áreas como la tenencia de celulares al interior de las cárceles en Chile, o las formas de maternar estando privadas de libertad. La segunda línea busca contribuir al fortalecimiento de una comunidad de mujeres que estuvieron privadas de libertad y hoy necesitan crear redes para el proceso de reinserción.