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Universidad de Chile

Título de la edición especial de la Revista Anales con motivo de los 40 años del Golpe

"Las Huellas de un Acecho": un paso adelante hacia la reconstrucción institucional

"Las Huellas de un Acecho": un paso más a la reconstrucción de la U

Este viernes se llevó a cabo el lanzamiento del libro que recopila testimonios y antecedentes sobre la intervención de la dictadura cívico-militar en la Universidad de Chile, las devastadoras consecuencias institucionales que provocó y, desde luego, el sinnúmero de atropellos y violaciones a los derechos humanos sufridos por integrantes de la comunidad universitaria. Los invitados a la presentación valoraron la publicación como un decidido paso en aras de reconstruir el valor histórico de la esta Casa de Estudios.

¿Es posible dimensionar la magnitud del daño que sufrió la Universidad de Chile en 17 años de Dictadura? ¿Cómo se desarrolló ese plan orientado a minar su gravitación en la vida pública nacional y qué tan graves fueron sus consecuencias? ¿Qué hay de todos esos académicos, estudiantes, funcionarios o egresados que padecieron la persecución en todas sus formas o de quienes, menos afortunados por cierto, fueron asesinados, torturados, encarcelados o exiliados? Dar cuenta de todo ello sería un esfuerzo colosal, pero necesario si se pretende recuperar el sitial que ha tenido esta Casa de Estudios y su enorme grado de influencia en la historia republicana. Al menos se dio el primer paso con el lanzamiento de una edición especial de la Revista Anales que lleva por título "Las Huellas del Acecho", publicación que apunta a poner el foco en lo ocurrido durante esa larga pesadilla de 17 años.

Previo a la conmemoración oficial del aniversario número 171 de la Universidad de Chile, el lanzamiento de esta edición -que apunta a reconstruir la memoria sobre lo acontecido durante 17 años- se efectuó por medio de un foro encabezado por la Vicerrectora de Extensión Sonia Montecinos, y en el que participaron el académico de la Facultad de Filosofía y Humanidades Alberto Mayol, la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, y el diputado socialista y actual candidato por la senaturía de Santiago Oriente, Carlos Montes.

Alberto Mayol refirió a una de las armas favoritas utilizadas por los "rectores delegados" tras la intervención sufrida por la Universidad de Chile: la apertura sistemática de sumarios administrativos que, en un clima de caza de brujas, terminaban generalmente en la exoneración de integrantes de la comunidad, instalándose así un clima de "terrorismo administrativo" o "terrorismo burocrático" que provocó enormes fisuras en la red de relaciones.

"Se puede ver la acción de la dictadura en nombre del orden, por ejemplo sumarios por el robo de un tenedor. Esto se explica porque la Dictadura asume a la Universidad como una fuente de riesgo, el lugar donde transitan los fantasmas, específicamente el fantasma del marxismo, que es una categoría muy amplia. En realidad se acusa a muchas personas de comunistas aun cuando siendo de izquierdas fueran anticomunistas. Al día de hoy se mantiene esa confusión", declaró.

Mayol recordó el capítulo escrito por la Directora del ICEI, María Olivia Mönckeberg, unidad que aborda la génesis de una intervención que, con el correr de los años, y al tenor de las secuelas que dejó en el sistema universitario público en su conjunto, sentaría las bases de un plan maestro diseñado única y exclusivamente para destruir la influencia de la Universidad de Chile en la sociedad.

"Se observa el esfuerzo por imponer un tipo de moralidad que inunda todo. Ya que siempre hay una forma de saltarse la norma, cosa que la cultura corporativa hace a menudo desentendiéndose del espíritu de la ley como el caso Cascadas, entonces no queda otra que imponer una moralidad", agregó, al tiempo que conminó a los integrantes de la comunidad universitaria a trabajar en pos de recomponer la "capilaridad y el tejido social" como eje de la reconstrucción democrática, así como una mayor "integración con las otras universidades públicas, especialmente las de regiones".

La Vicerrectora de Extensión, Sonia Montecinos, señaló que a la Universidad de Chile aún le pena esa fragmentación que le quitó presencia nacional. "Cuando repasamos las delaciones a la DINA, uno dice qué horror, y nos damos cuenta que no hemos hecho todo lo suficiente para repararlo. Ese trabajo recién está comenzando con este libro", indicó.

La alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, quien refirió a la manera en que, aún hoy, podemos ver los remanentes de esa "moralidad". "Lo vimos cuando cambiamos el nombre de la avenida 11 de Septiembre a Nueva Providencia. Llegaban las señoras de edad con efigies de Pinochet diciendo que el cambio era inmoral". Asimismo, Carlos Montes aludió a la necesidad imperiosa de reposicionar a la Universidad de Chile como plataforma del desarrollo nacional, lo que ocurrirá sólo si se logra reformar ese enfoque "profesionalizante" en un marco cultural donde impera el individualismo.

A la presentación de este número extraordinario de la Revista Anales asistieron la Directora del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, la Premio Nacional de Periodismo 2009 María Olivia Mönckeberg, y el Subdirector del Instituto, José Miguel Labrín.

En la ceremonia oficial del aniversario 171 de esta Casa de Estudios, desarrollada en el Salón de Honor, el Rector Víctor Pérez sintetizó el daño incomensurable sufrido a nivel institucional y los traumas que supuso la Dictadura para el tejido social interno, precisamente algunos de los tópicos contenidos en la Revista Anales.

"El libro pone de manifiesto que desde el primer momento la comunidad, aunque golpeada, vapuleada y perseguida se resistió, con pequeñas y grandes acciones. Es así como los estudiantes, funcionarios y académicos fueron recomponiendo sus lazos, de manera creativa y venciendo el temor, como se puede leer en los sumarios aplicados a quienes cantaban, se reunían en los casinos, levantaban banderas con crespones negros, repartían manifiestos o boicoteaban desde las estrategias del débil a la autoridad designada en departamentos, facultades y en rectoría. Siempre hubo una respuesta a la desmesura de las autoridades. Pero, y esto debemos decirlo, también apreciamos en los testimonios, las heridas que no restañan, los sentimientos de injusticia, de haber sido desfavorecido y perseguido, de haber perdido algo muy preciado", dijo el Rector Pérez.

Y agregó más tard: "Tenemos, sin duda, que avanzar en la reconstrucción de esa historia, porque ella nos conduce a comprender el presente, pero sobre todo a crear futuro. Por ello, es que quisimos rendir recuerdo y homenaje a todas y todos quienes pertenecieron a nuestra universidad y sufrieron los efectos de la dictadura y de la intervención militar de nuestra Casa. Es un reconocimiento que quiere llamar la atención para siempre sobre hechos que no podemos olvidar, porque nos interpelan en lo profundo de nuestra humanidad y de nuestra razón de ser como Universidad pública del Estado. Estamos conscientes que debemos avanzar aún más en saldar las deudas con la historia para recomponer de manera plena y dentro de la ética y el humanismo ese futuro que reclama el presente".