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"El Bazar", realizado en el marco del curso de Guión Documental
Un notable trabajo realizaron los estudiantes del curso dirigido por el profesor David Vera Meiggs. Un trabajo sobrio y muy intenso en cuanto a las impresiones que deja tanto un local comercial "suspendido en el tiempo" como el anciano inmigrante que lo regenta.
Los primeros planos capturan detalles precisos de un antiguo bazar de la céntrica calle Rosas. Un reloj mural, cuyo minutero avanza con una parsimonia afín a los gestos cansinos de un anciano que está detrás del mesón; artículos de oficina, útiles escolares, juguetes que ayudan a aguzar el intelecto y juegos de mesa, bastones y piezas de porcelana en un escaparate, banderas de países, artículos de aseo doméstico y personal, llaveros y herramientas, colonias y gominas de vieja usanza en los estantes, viejas escobillas de afeitar y peinetas.
Es un bazar como los de antaño, un fósil en la era de la mercadotecnia que expende novedades y reliquias, un negocio que, con su atmósfera apacible y cargada de nostalgia, apenas sobrevive al tráfago cotidiano de un sector de la ciudad sitiado por la horda inmobiliaria. Se observa la foto de San Alberto Hurtado, y otras tantas fotografías de seres queridos desplegadas en la muralla, como si la abundancia de fotografías pretendiese revertir la sensación de soledad que las ausencias generan en aquellas personas enfrentadas al ocaso. Algunos de esos seres queridos ya han muerto. Otros viven, pero muy lejos. El hombre recita, declara temerle a la vida y a la muerte. De fondo suenan los acordes de un bolero. Muy probablemente el negocio muera con él.
Son las impresiones que deja un minidocumental preparado por los estudiantes que participan en el curso de Guión Documental, perteneciente al IX semestre de la carrera de Periodismo del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile (ICEI). El trabajo es sobrio. Es un material de diez minutos que habla por sí solo, transmite sin necesidad de contar con una voz en off que facilite su comprensión, al tiempo que deja al espectador en libertad de sacar sus propias conclusiones.
Es, a juicio del profesor David Vera Meiggs, "una película muy pequeña, muy modesta pero muy bella. Fue un prodigio de encuentro. Caminando y buscando en la calle Rosas encontraron un bazar para comprar no sé qué cosa que sólo ahí vendían, y se dieron cuenta de que era el lugar, pero dentro del bazar, que parecía suspendido en el tiempo, su dueño estaba suspendido en el tiempo. Todo calzaba: un anciano de origen sirio, inmigrante, atendiendo un bazar. Su temporalidad personal no desconocía el presente, pero prefería vivir en una época más feliz y plena para él".
Según el profesor Vera Meiggs, el local era una parábola de la muerte. "Les dije a mis estudiantes: ahí está instalada la muerte. Es como la cueva de Alí Babá, un cuento de la tradición oral, el lugar donde se refugia el hombre hacia el final de su vida. Era mágico porque permitía ver más allá de los objetos que habían ahí", agregó.
¿Y cómo surgió esta idea? El profesor explica que los estudiantes "se propusieron, al comenzar el curso, no sólo escribir un guión de un trabajo documental sino que también realizarlo. Se organizaron en tres grupos más o menos similares, y salieron a buscar, por lo tanto, el retrato de un individuo en su actividad. Surgieron historias e ideas estupendas, pero tenían problemas de ser muy periodísticos: iban a ser reportajes sobre personas. Entonces les dije que la televisión es otro curso y que esto es cine. Y esa fue la parte que más les costó: tenían que llegar a acercarse a un personaje su actividad y mundo interior sin hacerle preguntas. Cosa que les resultaba algo desesperante desde un punto de vista del periodismo, pero les amplió el panorama en términos al darse cuenta que el audiovisual no es simplemente una persona hablando".
Diferencias entre el documental y el reportaje
Uno de los elementos más difíciles de transmitir a los estudiantes dice relación con la diferencia que existe entre documental y reportaje. "Hay todo un tema con la temporalidad de la imagen. La imagen tiene un tiempo, un latido, que es lo que va permitiendo que el espectador lo rellene con sus propias experiencias y el mundo se le amplié. La idea es que pueda interpretar lo que está viendo, a diferencia del reportaje de la televisión, que más bien tiene que informar, ser eficaz y acotado", comentó el profesor Vera Meiggs. Y agregó: "El documental por sí solo puede hablar sin necesidad de un periodista que conduzca los contenidos.
Uno se pone en la actitud de descubrir el mundo y no entrar a modificarlo para que alguien diga lo que yo necesito decir sobre tal o cual cosa. El cine documental no tiene por qué ser demostrativo. Así de drástico. El cine necesariamente tiene que estar abierto, ser un objeto a interpretar por parte de quien lo recibe, y lo más importante, lo más importante nunca es lo que está puesto en la pantalla, sino en lo que no se ve".
Otro elemento es el tratamiento de la imagen. En el cine documental se aprecia una composición ciertamente más poética que en el reportaje televisivo, donde -por el nervio y la premura tan propios de la labor periodística- "no queda más remedio que rellenar una narración oral no ya con imágenes, sino que con ‘monitos' nomás", dijo el profesor.
Satisfecho por el resultado de este trabajo audiovisual, el profesor Vera Meiggs aseguró que fue fruto de una iniciativa del ICEI tendiente a profundizar sobre el guión audiovisual. "Antes se hacía un curso de crítica, lo que respondía a un interés más inmediato para los estudiantes. Este año se dio la oportunidad y se tomó como ejemplo la película ‘Mimbre', de Sergio Bravo, piedra basal del arte cinematográfico chileno".
Roberto Bruna