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Universidad de Chile

De la periodista de la U. de Chile, Lidia Baltra

Se lanzó el libro "La Prensa Chilena en la Encrucijada"

Se lanzó el libro "La Prensa Chilena en la Encrucijada"

"Entre la voz monocorde y la revolución digital" dice el subtítulo del trabajo investigativo publicado por editorial LOM, en cuyas páginas se aborda la evolución que han experimentado los diarios impresos en el periodo 1950-2010 y los hitos y fenómenos que han acelerado su proceso de desaparición. En la ceremonia participaron la Directora del ICEI, María Olivia Mönckeberg, y el profesor Sergio Campos, ambos Premios Nacionales de Periodismo.

No son pocos los que creen que el papel impreso está próximo a recibir su certificado de defunción frente al arrollador avance de los medios digitales. La muerte de estos medios sería inminente. En Chile se suman otros factores que incidirían en la decadencia de los diarios, situación que se verifica en el decreciente tiraje y la disminución sostenida de ventas y suscripciones.

¿Explicaciones? Hay quienes apuntan a los bajos índices de lectura de la población chilena (y la paupérrima comprensión lectura asociada a la falta de ejercicio); otros, en tanto, dirigen sus dardos a la brutal homogenización del mensaje ideológico que subyace en sus contenidos, convirtiéndolos así en medios al servicio de una élite económica o, en su defecto, en productos funcionales a determinada corriente de pensamiento. Todo este cuadro se agrava con la desidia de quienes, ya estando en el poder tras el retorno a la democracia, poco y nada hicieron por sostener una oferta más diversa de diarios y periódicos. Sumemos otro factor a considerar: la irrupción de la tecnología digital. El cuadro en general es bastante preocupante ya que la calidad de un régimen democrático es directamente proporcional a la cantidad de voces que irrumpen en un debate público de ideas.

Es una discusión larga pero los diagnósticos son, grosso modo, coincidentes entre sí. El diario impreso, tal y como lo conocíamos en décadas pasadas, se encuentra inmerso en una profunda crisis. Los invitados a presentar este libro coinciden con las ideas centrales del trabajo de Lidia Baltra, ex estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile, por cuanto nos ayuda a reflexionar sobre una disyuntiva profunda. La Directora del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile (ICEI) y Premio Nacional de Periodismo 2009, María Olivia Monckeberg, alabó el libro por cuanto "hay mucha información, clara, precisa y concisa, como nos enseñaron en nuestros tiempos estudiantiles. Un gran aporte con sentido de conjunto en estos tiempos de fragmentación y cuestiones parciales". No sólo elogió el contenido del libro, sino también su lenguaje ajeno a "pretensiones científicas, incluso comunicológicas o de retórica desmesurada", ya que "no se trata de hacer frases para decir cosas, sino que mostrar la realidad de un modo sencillo y directo".

Asimismo, la directora del ICEI recordó el fallido intento de muchos periodistas -incluyendo ella misma, en calidad de editora general- por cambiar el carácter "oficial" del diario La Nación por uno "público". "Ella (Lidia Baltra) nos trae con su prosa rápida y precisa a nuestros tiempos, a estos tiempos de diarismo monocorde y desafíos digitales", agregó, sin antes recalcar otro elemento que torna aún más "asfixiante y descorazonador" el panorama periodístico actual: "Se extinguió la televisión universitaria de otras décadas para caer en manos de los grupos económicos".

"Por sus páginas desfilan decenas de diarios y revistas que hoy no existen, voces lejanas de maestros y colegas que ya no están... curiosamente no es un tono de lamento ni de amargura; hay, a final de cuentas, un tono de esperanza. Su fuerza no ha decaído a pesar de todos los pesares y las frustraciones que puede haber implicado, por ejemplo, que esas propuestas innovadoras de las comunicaciones quedaran solo en reuniones, conversaciones y documentos", añadió María Olivia Monckeberg.

Finalmente, la Directora del ICEI reflexionó sobre los malos augurios que pesan sobre el periodismo en papel impreso. Al igual que Lidia Baltra, se declaró escéptica en vista que internet no llega a muchas partes, la existencia de la brecha digital por motivos generacionales y socioeconómicos, la sobreabundancia de información que incide en la dudosa calidad de muchos contenidos y la fragmentación de textos en pantalla, situación que torna la lectura un tanto más farragosa. Al igual que Baltra, María Olivia Monckeberg apostó por "una convivencia pacífica entre el digital y el papel".
El profesor Sergio Campos, Premio Nacional de Periodismo 2011, aplaudió la "la claridad de exposición" del trabajo, al tiempo que la calificó de "una crónica amena de excelente estilo", "un ensayo de jerarquía" que perfectamente pudo haberse convertido en una "tesis de excelencia".

Luego de reflexionar sobre fray Camilo Henríquez y su "Aurora de Chile", el primer periódico chileno -clave a la hora de propagar la ilustración y encender el sentimiento emancipador-, y tras hacer un breve repaso relativo al proceso de involución que afectó a la prensa chilena a partir de 1973, aseguró que "la precisión de los datos representan un aporte extraordinario como registro de primera mano".

Asimismo, Sergio Campos sostuvo que el libro, al menos en términos periodísticos, "recupera la nación del periodismo al servicio de la comunidad" en un tiempo que "debido a la segmentación, los diarios apuntan al consumidor y no al ciudadano".

En el lanzamiento también estuvieron presentes el periodista y escritor Hernán Uribe, y el diplomático y también periodista Fernando Reyes Matta. El primero puso en relieve la disonancia que se observa en la férrea defensa discursiva que a menudo hacen de la democracia los diarios pertenecientes al duopolio El Mercurio- Copesa, y la activa participación que ambos tuvieron en la gestación del Golpe Militar y su apoyo a la Dictadura. Asimismo criticó el escaso apoyo brindado por gobiernos y partidos concertacionistas a los medios que intentaron abrir el cerco informativo.

Fernando Reyes Matta, en tanto, instó a "leer correctamente los signos de los tiempos" si nuestro anhelo es reflotar una prensa que represente una mayor variedad de puntos de vista. A su juicio, una de las peores herencias que nos dejó la dictadura fue "un periodismo de mala calidad". Un golpe demoledor que puede ser revertido, aseguró, con una utilización de las nuevas tecnologías que apunte al ciudadano y no al consumidor.