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Panel sobre Chile y Perú
A propósito de los problemas marítimos y la detención de Alberto Fujimori, Raúl Sohr, Tomás Moscciatti, Francisco Coloane y Gustavo González analizaron las relaciones entre ambos países en el auditorio del ICEI.
"Chile y Perú, entre los pliegues del poder político y el periodismo internacional", fue el título del panel que se realizó el viernes 11 de noviembre en el auditorio José Carrasco Tapia, moderado por académica de nuestra Escuela, Ximena Poo.
Los encargados de analizar la delicada situación entre ambos países debido a la disputa marítima y a la reciente detención de Alberto Fujimori en Chile, fueron el cientista político y académico del ICEI, Francisco Coloane, el analista internacional de Chilevisión y comentarista de la Radio Universidad de Chile, Raúl Sohr, el abogado y locutor de la Radio Bío Bio, Tomás Mosciatti y el director de nuestra Escuela, Gustavo González.
Raúl Sohr: No confundir turbulencia con tormenta
Como un "conflicto menor" calificó Raúl Sohr la disputa marítima entre Chile y Perú, explicando que no se trata de algo tan grave como lo ha pintado la prensa. En este sentido, llamó a hacer una reflexión general con respecto a cómo se evalúan los conflictos, ya que "en general hay una grave dificultad para distinguir entre una turbulencia y una tormenta". De los conflictos internacionales, explicó el analista, hay que distinguir entre potencialidad e intención, ya que normalmente se estudian los potenciales y no se sabe de las intenciones. Así es como en el caso del conflicto con Perú y Bolivia existe un gran desconocimiento de las potencialidades por parte de la prensa y de la gente común y corriente, lo que es peligroso porque comienzan a manejarse hipótesis no realistas.
En cuanto a las discrepancias con Perú, el analista explicó que los peruanos han reunido reivindicaciones de nuevos espacios en el mar desde hace mucho tiempo y que, si en este momento se acudiera a un tribunal internacional por la disputa marítima, Perú ganaría. Sin embargo, afirmó que este problema no se resolverá en tribunales. "Se requiere una iniciativa diplomática donde también se solucione el problema de Bolivia", dijo, explicando que esto es perfectamente posible porque el ejercicio de soberanía en el mar se restringe al uso de recursos marítimos, y eso puede negociarse, por ejemplo, con cuotas de pesca.
Por otro lado, Sohr criticó la política internacional de Chile, que ha enviado mensajes contradictorios a sus países vecinos. "Chile tiene un discurso de pacifista, dicen que no tienen ninguna reivindicación pendiente con los vecinos, pero hay un lenguaje físico que se contradice con ese discurso", explicó, en el sentido de que somos el país que más compra armamento en la región. Esto, sostuvo el analista, genera una natural desconfianza de los vecinos sobre las intenciones de un país ordenado, estable, y que tiene un arsenal que sobrepasa el potencial de sus vecinos. También criticó la actitud de Chile con respecto a su propuesta de internacionalizar el conflicto, en el sentido de que es inconsistente con el trato que ha tenido hacia Bolivia, país con el que se ha insistido en manejar el tema marítimo de manera bilateral.
Finalmente, Sohr criticó la actitud de la prensa, que ha contribuido a agrandar el tema. "La prensa no contribuye en nada a mejorar las cosas. Atiza el conflicto, angustia a la gente, tanto en Chile como en Perú y Bolivia. El elemento sensacionalista predomina... los medios azuzan el conflicto porque en la prensa no hay mejor negocio que la guerra, que es el tema periodístico por excelencia".
Gustavo González: Un problema de mentalidad
Gustavo González criticó el tratamiento que se le ha dado al problema entre Perú y Chile apelando a la mentalidad errónea con que se manejan los conflictos en casi todo el mundo. Por un lado, dijo, hay una mentalidad del siglo XIX, que tiene la hipótesis de conflicto de ocupación y apropiación de recursos, y que sería la que manejan peruanos y bolivianos en el temor que tienen de que Chile, por ejemplo, planee apropiarse de sus recursos hídricos en el futuro. La otra es la mentalidad del siglo XXI, que sería la que utiliza Chile, que cree que todos los problemas con los vecinos se solucionarán en la medida en que se creen lazos económicos. Ambas miradas, sostuvo González, son muy parciales dentro de lo que se requiere para mejorar las relaciones a largo plazo.
El académico también criticó las actitudes erróneas que ha tenido el gobierno chileno en relación a sus vecinos, en especial con respecto a Perú, que han llevado a un sobredimensionamiento del problema del mar y del tema de Fujimori. Por ejemplo la actitud que tomó el Ejecutivo en el caso Luksic, que con el fin de defender la presencia económica chilena en el país vecino, politizó la situación, o la actitud del presidente Lagos en el caso de los graffiteros de Tacna, donde además de hacer declaraciones tan desafortunadas como que los jóvenes habían querido hacer algo simpático, no dio ninguna explicación ni ordenó ninguna indemnización.
González criticó también la irresponsable actitud de los periodistas en torno a este conflicto, ya que "tanto en el discurso chovinista de soberanía como en esos solapados de discriminación étnica van a contribuir a exacerbar ánimos y no a aportar elementos de solución".
Francisco Coloane: El peligro de la desinformación
Fransciso Coloane hizo una revisión más política de la situación, refiriéndose al conflicto entre Chile y Perú como un problema de Estado. Hay un problema en el estado liberal en todo el mundo, dijo, ya que el clima de las relaciones internacionales a nivel global aún no se recompone desde el término de la confrontación bipolar. Desde el año ´45 al ´91 el mundo vivió en tensión, y la política se hacía sobre la base del conflicto. El problema es que esta manera de hacer política no ha cambiado.
Por otro lado, Coloane criticó la ausencia de un Time Line con respecto al conflicto entre Perú y Chile, esto es, una línea de tiempo que detalle los distintos hitos de la historia de las relaciones entre ambos países, y que esté a disposición de todas las personas. En ningún diario hay un Time Line, criticó Coloane, y en el ministerio no se entrega o no existe, lo que dificulta la formación de una masa crítica. "Cuando más tecnología hay, más disposición a la apertura, más comunicaciones, la política internacional es la más negra de las cajas", dijo el profesor, calificando la situación como muy grave. "Vivimos en una época muy peligrosa por la desinformación de la ciudadanía", sostuvo, criticando la existencia de una ola de periodistas que piensan cosas erradas y con eso socavan la base de confianza en el estado.
Tomás Mocciatti: Debemos mirarnos a nosotros mismos
Tomás Mocciatti invitó a analizar la manera en que Chile se relaciona internacionalmente revisando desde qué lugar miramos a nuestros vecinos, al ser hijos de un país marcado por el aislamiento. "Somos herederos de una cultura muy particular de América Latina, herederos de la pobreza y el militarismo", dijo, lo que se explica por haber nacido como una Capitanía General que no generaba recursos y haber vivido una larga guerra mapuche, lo que impuso la dominación de los militares. Esto, sostuvo Mocciatti, generó una situación de aparente orden que, sumado al aislamiento, minó nuestra capacidad de conocer el mundo.
El locutor de radio Bío Bío criticó el papel han jugado los medios en un conflicto de este tipo, ya que no contribuyen a superar este desconocimiento de la opinión pública con respecto a lo que pasa a nuestro alrededor. "No he visto en ningún diario una exposición de los argumentos de Perú y Chile", señaló, criticando el hecho de que los diarios se van en declaraciones, fotos e infografías, sin llegar al fondo del tema.
En otro aspecto, se refirió a la situación militar de Chile, que le da una posición de superioridad con respecto a sus vecinos. "Creo que nunca los militares chilenos se habían sentido tan tranquilos en los últimos cien años", sostuvo.
Fecha de publicación:
Lunes 14 de noviembre, 2005
Paulette Dougnac