Ir al contenido
Universidad de Chile

En las categorías Largometraje Iberoamericano, Escuela de Cine y Work in Progress

Realizadoras del ICEI destacan en Femcine 2015

Realizadoras del ICEI destacan en Femcine 2015

Cuatro mujeres del Instituto de la Comunicación e Imagen, ICEI, resultaron ganadoras en las distintas competencias de la última versión del Festival de Cine de Mujeres, realizado entre el 24 y 29 de marzo, en Santiago. Se trata de Dominga Sotomayor, docente de la carrera de Cine y Televisión; Florencia Doray, quien cursó el Magíster de Cine Documental y las estudiantes de pregrado Amanda Rodríguez y Vania Aedo.

Cuatro realizadoras del Instituto de la Comunicación e Imagen resultaron ganadoras en la última versión del Festival de Cine de Mujeres, Femcine, dirigido por la académica del ICEI, Antonella Estévez, que se llevó a cabo entre el 24 y 29 de marzo en diversos puntos de Santiago.

Florencia Doray es una de ellas. La realizadora cursó entre el 2013 y 2014 el Magíster de Cine Documental que imparte el programa de postgrados del ICEI y, como proyecto de título, comenzó a trabajar en "La enfermedad de la melancolía”, un documental basado en su propia historia con el cual ganó el premio Work in Progress del certamen, el cual contempla un convenio para realizar la post producción de su documental con la productora Libélula Post, por un período de tres meses.

El documental retrata cómo la realizadora convive con la enfermedad del vitíligo, la cual provoca la despigmentación progresiva de la piel al destruirse los melanocitos, que son las células que producen el color o el pigmento.

La Enfermedad de la Melancolía es mi proyecto de título del magíster y es el resultado de mi experiencia en el programa, que fue muy buena. Llegué al ICEI con este proyecto en la mano y aprendí mucho en esos dos años, tuve excelentes profesores y compañeros muy generosos. Todo ese proceso se ve reflejado en el film”, añade Florencia Doray.

Por otro lado, de las cuatro estudiantes de la carrera de Cine y Televisión del ICEI que fueron seleccionadas para compitieron en la categoría Nacional de Cortometrajes de Escuela de Cine (Camila Donoso, Amanda Rodríguez, Vania Aedo y Alejandra Rosas) dos de ellas destacaron obteniendo el primer lugar y la Mención del jurado.

Amanda Rodríguez se quedó con el premio al Mejor Cortometraje de Escuelas de Cine, con su producción titulada “Despojo”, el que destacó por presentar “un acertado lenguaje cinematográfico que construye rápidamente la tensión narrativa”, de acuerdo a lo planteado por el jurado, que estuvo compuesto por la documentalista española Lucía Andújar, y las periodistas chilenas Ana Rodríguez y Alexandra Galvis.

Vania Aedo, en tanto, quien presentó su cortometraje “La sombra de mis recuerdos”, obtuvo la Mención del Jurado en la misma categoría. La crítica de los expertos expone que esta realización logra “que una historia autobiográfica trascienda lo personal e interpele al espectador”.

La docente de la carrera de Cine y Televisión, Dominga Sotomayor, obtuvo el premio al Mejor Largometraje Iberoamericano con su película “Mar”, producción que fue rodada en Argentina y que cuenta la historia de una pareja que se va de vacaciones a Villa Gesell, enfrentándose con la cotidianeidad y monotonía.

Respecto a este reconocimiento -y luego de presentar su película en el Festival de Cine de Valdivia y ser seleccionada en el Festival de Berlín 2015- la realizadora audiovisual y licenciada en comunicaciones cuenta que ganar esta competencia resultó ser “una sorpresa muy bonita”.

“Es un proyecto súper especial porque lo hicimos entre amigos y casi nada de financiamiento. Nació de una forma muy espontánea, con la idea de cuatro amigas chilenas que viajan a Argentina a juntarse con tres amigos actores y pasamos ocho días en una playa grabando, sin expectativas, con esa libertad; fue como volver a lo más simple de juntarse con los amigos que uno quiere y pasar un tiempos juntos y eso se convirtió en una película”, explica.

En este contexto, destaca además que este tipo de festivales se traducen también en un espacio interesante de diálogo para acercar estos trabajos a otro tipo de público, como también para ampliar la mirada respecto a la idea del cine chileno. “Son películas más arriesgadas, que experimentan más con el lenguaje, o en mi caso, que se producen de manera distinta y eso también hace que sean películas distintas y más espontáneas en su forma”, concluye.