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En la inauguración del año académico
Invitada por el rector de la casa de estudios del Maule, Álvaro Rojas Marín, la directora María Olivia Mönckeberg dictó la clase magistral La Batalla de la Educación Superior, basada en sus investigaciones respecto al lucro y el mercado de las universidades en Chile.
En salón Abate Molina de la casa central de la Universidad de Talca se realizó, el martes 13 de mayo, la inauguración del año académico, que contó con una clase magistral de la directora del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile, María Olivia Mönckeberg. Tanto su clase, como las palabras del rector Álvaro Rojas estuvieron marcadas por el actual escenario de la educación superior.
“La calidad es y debe ser la piedra angular de cualquier proceso de reforma... Es esta, creo yo, la mejor arma para combatir iniciativas educacionales oportunistas y de poca monta. La vía normativa será insuficiente para controlarlas. Sólo asegurar la calidad de la educación estatal tiene un sentido”, enfatizó el rector Álvaro Rojas en su discurso. Asimismo, reconoció las principales contradicciones del sistema de educación superior, que permiten comprender “cómo esta universidad ha ido haciéndose un espacio en el sistema nacional en un clima adverso y cuán evidente ha sido el repliegue del Estado en este subsector".
En esta línea, en su clase titulada “La batalla de la educación superior”, la profesora Mönckeberg expresó que los orígenes del panorama actual se encuentran en el golpe de Estado de 1973, que marcó un quiebre en las universidades, a raíz de las reformas introducidas por la dictadura de acuerdo a un modelo ideológico y al neoliberal de Chicago.
La directora del ICEI también recordó que a fines del gobierno de Pinochet se crearon más de 20 universidades privadas, al tiempo que se ató el actual sistema educativo, el que ha permitido que la mayoría de las instituciones haya hecho grandes negocios aunque pertenezcan a corporaciones sin fines de lucro. Varias de ellas, además, están vinculadas a grupos económicos y políticos y algunas tienen también un fin ideológico, categoría en la que mencionó a la Universidad de Los Andes, del Opus Dei, a la Universidad Finis Terrae, de los Legionarios de Cristo y a la Universidad del Desarrollo por su vinculación con la UDI.
“El gran cambio de escenario se produjo con el movimiento estudiantil que puso las cosas en su lugar. Cambios profundos que se plantearon aparecen hoy como una necesidad y, más que necesarios, son urgentes”, manifestó María Olivia Mönckeberg.
El rector Rojas reconoció, a su vez, que una de las contradicciones, surgida de la reforma educacional de 1980-1981, en materia de política pública y en cuanto al establecimiento de normas de competencia por los recursos, vía concursos, puso en igual categoría a universidades consolidadas y a las que se acababan de crear.
Un grado de mayor complejidad significó, en opinión del rector, el surgimiento del sistema privado-privado de educación universitaria, que al comienzo se centró en los alumnos del quintil superior, pero después avanzó a atender estudiantes de ingresos inferiores. Agregó que este subsistema experimentó un fuerte proceso de expansión, con la Ley del Crédito con Aval del Estado (CAE), que favoreció a las nuevas universidades privadas.
Identificó otra contradicción en las opciones por el corto plazo y la respuesta a los mercados, como forma de ordenar el crecimiento. Observó que algunas universidades públicas “castigaron su desarrollo futuro y, lo que es más grave aún, afectaron severamente el argumento más relevante de la educación pública: su calidad”.
Como es característico en sus publicaciones La privatización de las universidades, Una historia de dinero, poder e influencias (2005), El negocio de las universidades en Chile (2007), y Con fines de lucro (2013), María Olivia Mönckeberg se refirió a grupos y personas que están tras las instituciones investigadas, a quienes catalogó como los “guardianes del lucro”. Ellos representan, acotó, intereses económicos y políticos de distintos sectores y “todos han tomado posiciones en esta batalla”, en la que hay “fuego cruzado”.
Mostró cómo las universidades privadas post 81 hoy doblan en ingresos a las universidades públicas y cuentan con más del doble de alumnos y añadió que la Contraloría General de la República ha puesto una voz de alerta frente a lo que está pasando con el Crédito con Aval del Estado, que casi en un 50 por ciento se concentra en universidades que pertenecen a tres grupos.
“Espero que en esta batalla haya espacio para debates y se le tome el peso a la situación. La gran reforma a la educación superior debe hacerse”, recalcó junto con aseverar que las universidades del Estado tienen que ser asumidas por este para hacer educación, investigación y extensión de calidad.