Ir al contenido
Universidad de Chile

Directora de Pregrado del ICEI, María Eugenia Domínguez

El retraso de las universidades frente a la protesta social

El retraso de las universidades frente a los movimientos sociales

El rol que están jugando las universidades y los investigadores de la comunicación en un contexto de crisis global -que combina el surgimiento de movimientos sociales y el enjuiciamiento del paradigma "neoliberal"- fue el eje temático en el último coloquio internacional organizado por el Grupo de Investigación Interdisciplinario Comunicación, Información, Cultura, Sociedad (GRICIS), de la Universidad de Quebec de Montreal, Canadá. Sin llegar a un consenso, muchos de los investigadores que asistieron a la cita reconocieron que no sólo el mundo político se ha visto sorprendido por estas expresiones de descontento.

El deterioro del sistema financiero -que ha acabado por gangrenar algunas economías de Europa-, los recortes en las prestaciones sociales y la estatización de las pérdidas bancarias han motivado un profundo malestar en vastos sectores de la población. El menguado poder de las democracias y el desafecto a las instituciones políticas tradicionales han hecho otro tanto en países como Chile. ¿Qué rol juegan los investigadores de la comunicación y las universidades en este contexto de crisis y efervescencia social? La respuesta es de la Directora de Pregrado del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile (ICEI), María Eugenia Domínguez: "Desde hace más o menos una década que se viene dando una fuerte renovación de la crítica social. Y, sin embargo, constatamos que las universidades están un tanto rezagadas, siguiendo con mucho retraso el desarrollo de estos movimientos. Por eso la pregunta ‘Dónde está la Crítica', que fue el título del encuentro".

Hoy miles se vuelcan a las calles. Incluso en países donde tales situaciones parecían inimaginables: en los países árabes, protestas que permitieron derribar verdaderas satrapías; en Israel, a causa de los coletazos de la crisis y el exorbitante valor de la vivienda; también en Canadá, un país con uno de los mayores estándares de bienestar del mundo, cuya juventud se alza por reformas al sistema educacional y controvertidos planes mineros impulsados por el actual gobierno.

"Este coloquio internacional tuvo ese sentido. Nos hicimos las preguntas: ¿En qué está la crítica en comunicación? ¿Cuáles son los nuevos vínculos entre pensamiento crítico y comunicación, o entre teoría crítica y comunicación?", sostuvo la profesora María Eugenia Domínguez, quien además dijo que este rezago también se observa en el campo de la comunicación en nuestro país. "La idea es que la crítica tiene que ver primero con un ámbito epistemológico, convocar a la razón para poder interrogar ‘la realidad', una práctica de la razón que, por una parte, tiene que ver con el distanciamiento de la propia convicción. Sin embargo, para muchos de los que participamos, la crítica también implica tomar una posición frente a los conflictos; adquiere finalmente un carácter ético frente a la desigualdad, las relaciones de dominación, la explotación, los conflictos de poder", agregó.

Fue en esa discusión donde emergieron diferencias importantes frente a la posibilidad de vincularse con los movimientos sociales o, en su defecto, confinar el pensamiento crítico a las aulas y publicaciones especializadas.

"El problema para la academia es si es capaz de asumir el vínculo ético y solidario que implica generar reflexión y pensamiento, con toda la rigurosidad que corresponde, para los que luchan. Hubo algunos académicos que asumían el rigor de la teoría crítica y se distanciaban del pensamiento crítico; otros, en tanto, asumiendo desde luego la seriedad y la rigurosidad en la crítica, nos inclinábamos por adoptar una posición frente a los conflictos sociales, pues no la consideramos incompatible con la producción de saberes. Esta producción debe estar al servicio de la emancipación", agregó.

"Este coloquio se dio en el marco de protestas de los estudiantes de Quebec, pues, una semana antes, el gobierno había impulsado una ley calificada de ‘ley mordaza', o ‘ley traicionera', como decían ellos, pues apuntaba a frenar los movimientos sociales. En lo grueso, esa iniciativa se veía muy similar a la ‘ley Hinzpeter'. Los alumnos incluso nos interpelaban, pidiéndonos que dejáramos de vernos el ombligo", afirmó la profesora Domínguez, quien luego añadió: "Tuvimos un panel al final del foro con los dirigentes estudiantiles y, al igual que los nuestros, conforman una generación de lujo".

La necesidad de establecer puentes académicos

Según dijo la profesora María Eugenia Domínguez, esta discusión se dio en el marco de "recuperación, renovación y reposicionamiento en el campo de la economía política de la comunicación", diálogo que congregó a decenas de investigadores prevenientes de Latinoamérica, Europa, América y África y cuyo eje giró en torno a tres materias: la crítica en el campo de la Comunicación para el Desarrollo, la crítica en la Economía Política de la Comunicación y la crítica en el campo de los Estudios Culturales. "La manera de que se planteó el coloquio fue en términos solidarios y no de paternalismo, aun cuando contamos con la participación de verdaderos referentes como Bernard Miege, Philippe Bouquillon... Lo importante es que se advierte un recambio de investigadores", señaló.

"Nos interrogamos sobre la economía política en las industrias culturales y la necesaria interdisciplinariedad en la comunicación. No basta ya con hablar de la concentración de los medios. Eso lo sabemos, pero necesitamos conocer más de las estructuras de poder, de la propiedad, sus efectos en la edición, en la prensa, el tipo de relaciones laborales, la condición en que se desempeñan los trabajadores culturales, desde los cineastas a los periodistas", agregó.

Asimismo, la profesora Domínguez dijo que "los estudios de la cultura están muy bien, pero hemos tendido a privilegiar el estudio y la cultura, lo que ha significado un atraso enorme en el estudio de las estructuras de poder, los vínculos que ahí operan y las dimensiones observables entre el poder y el capital".

Finalmente, María Eugenia Domínguez aseguró que existe la intención de dedicar un número especial en la revista "Comunicación y Medios" para publicar las ponencias traducidas de los investigadores que asistieron al encuentro a fin de franquear "la fuerte barrera lingüística".

"No sabemos mucho lo que está pasando en África en el ámbito de la Comunicación para el Desarrollo. Necesitamos establecer puentes porque, de verdad, tenemos mucho que conversar. Tenemos problemas comunes, preguntas comunes...", concluyó.