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El camino no ha sido fácil, pero aportes como el del Premio Azul han logrado revitalizar el Preuniversitario Social de la Facultad de Economía y Negocios. Con nueve años de trayectoria, esta iniciativa gestionada por estudiantes se niega a detener su apuesta por jóvenes de escasos recursos que sueñan con una carrera universitaria.
El Preu Social FEN fue uno de los 18 proyectos beneficiados en 2007 con el Premio Azul a la Creatividad Estudiantil, entregado todos los años por la Dirección de Bienestar Estudiantil a iniciativas que destaquen por su aporte a la construcción de vida y convivencia universitaria, diseñadas por alumnos del Pregrado de la Universidad de Chile.
Con ello, este emprendimiento que involucra en la actualidad a 11 estudiantes que lo administran en sus diferentes áreas, encabezados por el estudiante de 4° año de Ingeniería Comercial Héctor Tapia, ha recibido un nuevo impulso a su gestión, que en nueve años de existencia no ha estado exenta de dificultades, sorteadas una y otra vez por los voluntarios que convoca, bajo el convencimiento de que los estudiantes de una institución pública como la Universidad de Chile asumen un compromiso social con el país y su gente.
En sus inicios, en 1999, el Preuniversitario Social de la FEN comenzó como un proyecto piloto de académicos de la Facultad de Economía y Negocios (FEN). Aquel año fundacional, más del 80% de los estudiantes que asistieron a las clases obtuvieron buenos resultados en la entonces Prueba de Aptitud Académica, sobrepasándose las expectativas de los organizadores, cuyo objetivo era simplemente exploratorio: conocer el impacto de una iniciativa educacional de este tipo en jóvenes de escasos recursos.
Tras la promisoria experiencia, el Preu FEN continuó bajo responsabilidad estudiantil, manteniendo un correcto funcionamiento por los años siguientes, que sólo fue interrumpido por algunos recesos propios de una organización impulsada por voluntarios, sin fines de lucro e intermitentes apoyos. Sin embargo, estaba en sus gestores la decidida intención de convertirlo en una iniciativa sustentable y eficaz.
En 2004, y con el apoyo del Centro de Estudiantes, se inicia un período de gestión exitosa, cuya máxima expresión fue el reclutamiento en 2006 de 300 alumnos, además de la obtención de recursos de la Fundación Ford, que permitieron costear salas, sueldos de funcionarios y fotocopias. No obstante, desaciertos en la gestión condujeron a una grave crisis institucional, provocando deserciones de alumnos, pobres resultados en la PSU y el consiguiente cierre de la iniciativa.
Pero este proyecto de carácter social había convocado a muchos integrantes dispuestos a reflotarlo, limpiarle el nombre y comenzar de nuevo. Fue así como algunos miembros que habían participado en la Coordinación del ramo de Matemáticas rehicieron la propuesta y la negociaron con las autoridades de la Facultad de Economía y Negocios, que permitió continuar con el proyecto, pero reduciendo la matrícula a 50 cupos y en menos aulas.
Los estudiantes que hoy lo dirigen saben que tienen muchas miradas sobre su gestión y no están dispuestos a fallar. Han recibido señales de confianza y apoyo de la comunidad universitaria, siendo una muestra de ello el Premio Azul de $1 millón que recibieron por la propuesta de reformas del Preuniversitario, a lo que se suma el financiamiento que obtuvieron de los Fondos Concursables de la FEN y la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
"Hubo un tema de imagen, pero la Facultad decidió seguir apoyando al Preu con un millón de pesos para fotocopias. Con todo lo que ha pasado hemos aprendido varias cosas. Por ejemplo, cómo se les exige a los voluntarios y asistentes para que funcionen bien, cómo lo profesionalizamos cada vez más. También se llama a todos los alumnos con asistencia irregular para saber por qué no están yendo, se muestra la preocupación por el alumno, se les hace evaluación docente a los tutores. Esperamos que todos esos esfuerzos se vean reflejados a fin de año. Si no son mejores, no vamos a poder seguir", comentó el Director, Héctor Tapia.
Sin embargo, las reformas implementadas han traído frutos, pues las clases, que en 2007 se impartían solo a un curso dos veces a la semana en forma intensiva, funcionaron con normalidad. Al menos 30 alumnos asistieron regularmente y 24 de 50 estudiantes quedaron en universidades tradicionales.
Es por ello que en esta versión 2008, las autoridades del plantel les otorgaron el uso exclusivo de una sala, lo que les permitió aumentar los cursos, las materias y las matrículas, que aumentaron a 80, de las cuales 40 son para hijos de funcionarios de la Universidad de Chile.
Como requisitos de postulación, exigen un promedio de 5,7 a sus postulantes, pertenecer a colegios municipalizados o particular subvencionados, acreditar una condición socioeconómica que amerite el apoyo del Preu y rendir una prueba de admisión de lenguaje y matemática.
Para asegurar la asistencia de los alumnos cobran $5000 de matrícula y $1000 mensuales por ramo, montos casi simbólicos, que solventan marginalmente los costos del proyecto.
"Ahora estamos tranquilos pero pasamos harto susto. Lo mejor es que todos luchamos por seguir con el proyecto porque es una tarea muy bonita. Te das cuenta que realmente ayudas a los niños, porque si no tienen esto, no tienen nada. Es su única alternativa para alcanzar la universidad, ya que tienen el talento pero no tienen las oportunidades ni las herramientas. A muchos también les falta el incentivo y nosotros servimos para eso, para darles ese empujoncito que es tan necesario", expresó Héctor Tapia.
El Preu FEN, además, es parte de la Red de Preuniversitarios Populares de la Universidad de Chile, lo que permite un permanente apoyo entre organismos que han ganado experiencia en este tipo de enseñanza, traducido en la realización de ensayos masivos de la PSU y la socialización de facsímiles y planes de estudio.
En la décima versión del tradicional certamen de la Universidad de Chile, que se enmarca en los esfuerzos que realiza la Casa de Bello para impulsar el desarrollo de su alumnado, se podrá concursar hasta el 3 de Octubre para obtener fondos que alcanzan el $1.500.000, destinados a financiar iniciativas en las áreas de Mejoramiento de la calidad de vida universitaria; Creación artística y/o extensión cultural; Comunicaciones; Deporte y actividad física; Responsabilidad social universitaria y Campañas preventivas.
Los criterios de evaluación del concurso Premio Azul a la Creatividad Estudiantil han valorado el trabajo de equipos interdisciplinarios, en redes de colaboración entre estudiantes de diferentes unidades académicas, además del nivel de creatividad de la propuesta. Ello se traduce en la elección de proyectos de alta calidad, reconocidos por la comunidad universitaria por el impacto y arraigo en las diferentes culturas de los Campus que las acogen.
Rocío Villalobos Ovando
Fotografías: Pablo Madariaga Toledo