Buscador
Según diversos reportes internacionales, cerca de 50 mil personas han sido asesinadas por parte de las tropas de Israel desde el fatídico 7 de octubre de 2023, la mayoría mujeres y niños y niñas. El genocidio ha sido desolador, como lo es cualquier exterminio frente a una humanidad anestesiada, acallada, no mostrada, donde la verdad puede tardar décadas en ser conocida mientras el dolor se apodera de una Palestina que sufre la colonización desde la década del 40. Entre esas muertes –al 6 de enero de 2024- se cuentan 201 periodistas y comunicadores asesinados, la mayoría víctimas de embates dirigidos directo a ellos y ellas, a sus equipos, a sus furgonetas, a sus oficinas montadas sobre las ruinas.
Palestina se ha convertido, de acuerdo a todos los organismos internacionales relacionados con la libertad de prensa y expresión –como Unesco y Reporteros sin Fronteras- en el lugar del mundo más peligroso para ejercer el periodismo y las comunicaciones. Es el lugar del silencio para que la infamia se apodere rápidamente de la memoria y la justicia.
Como académicos y académicas de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile condenamos los ataques del ejército de Israel a la población palestina, a los periodistas de medios locales e internacionales, a las misiones extranjeras que luchan por la vida en ese territorio arrasado. Cabe recordar que, tal como destaca Reporteros sin Fronteras, “la cobertura mediática de la guerra en Gaza se está llevando a cabo desde el enclave asediado y totalmente bloqueado por parte de periodistas profesionales y no profesionales, que utilizan sus cuentas en las redes sociales para informar al mundo sobre el día a día en tiempo de guerra y que también trabajan para medios locales e internacionales. El panorama mediático en Palestina está formado por varios medios independientes, como Watan TV o Ajyal Radio y medios afines a la Autoridad Palestina o a Fatah, como Palestine TV y la agencia de noticias Wafa. El contenido está sujeto al control político. En la Franja de Gaza también hay cabeceras afiliadas a Hamás, como la agencia de noticias Shehab y el grupo Al-Aqsa Media Network”. Todos, medios asediados.
A este escenario devastador se suma el hecho de que el primero de enero de este año la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en partes reducidas de Cisjordania ocupada, anunció la suspensión de las retransmisiones de la cadena catarí Al Jazeera por "incitar a la sedición", entre otros motivos, como relató la agencia oficial de noticias palestina, Wafa. Se cierran las puertas mientras los poderes geopolíticos ya visualizan las ganancias de fortalecerse en este enclave colonial.
Los últimos cinco periodistas palestinos muertos para Navidad trabajaban para el canal de televisión Al Quds Al Youm. Su furgoneta mostraba en grandes letras estampadas la palabra Press. El fuego estuvo dirigido directo, seco, al móvil porque el ejército israelí aseguró tener información “fiable” de que las cinco personas fallecidas eran milicianos de la Yihad Islámica que “se hacían pasar por periodistas”. Razones que han demostrado ser falaces. Se ha atentando incluso contra cualquier código militar si es que esto se tratara de una guerra, que no lo es.
Como académicos y académicas de la Escuela de Periodismo instamos a informarse, a no caer en el silencio, a comprender que esta profesión –la más bella del mundo, como dijo alguna vez Gabriel García Márquez- es central para la democracia, la defensa de los derechos humanos y de la humanidad. El periodismo y las comunicaciones son garantes de la lucha por la justicia y la paz. Y así lo hicimos ver en mayo de 2024, cuando se le otorgó al Sindicato de Periodistas Palestinos el Premio Mundial a la Libertad de Prensa UNESCO/Guillermo Cano durante la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, en Santiago de Chile.
Todo se ha violado en Palestina, todo el fuego ha caído sobre ellos y ellas, que también somos nosotros y nosotras, la humanidad. Por lo mismo, instamos a que organismos internacionales como la ONU y también los gobiernos democráticos del mundo, levanten su voz y su acción para detener esta masacre que sin periodistas y comunicadores seguirá profundizándose hasta la muerte de todo lo posible, la muerte del periodismo independiente, de la ética, la verdad y la justicia. Aquí se define el futuro del mundo.
En particular, hacemos un llamado a nuestras autoridades y a la sociedad civil a denunciar y adoptar acciones concretas que permitan colaborar con el fin de esta masacre.