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Directora del Departamento de Comunicación Social
La académica que dirige nuestro Departamento de Comunicación Social fue entrevistada en la radio Sonar FM el viernes pasado y habló en su calidad de experta sobre la situación actual de la libertad de prensa en Chile y Latinoamérica, pasando por temas de cuáles son las principales amenazas en las nuevas democracias, el crimen organizado y la desconfianza en los medios tradicionales.
En el marco de lo que fue la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa 2024 que tuvo de anfitrión a nuestro país en coordinación con Unesco, Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile, la profesora y directora del Departamento de Comunicación Social de nuestra facultad, Claudia Lagos, estuvo conversando con los periodistas Rafael Cavada y Pablo Aranzaes —ambos egresados de nuestra Escuela de Periodismo— en el programa Sonar Global de la radio Sonar FM.
La académica fue invitada para analizar la situación de libertad de prensa en Chile y Latinoamérica. En ese sentido, afirmó que “Latinoamérica, si no fuese por las guerras en Ucrania, Gaza e Israel, hasta el año pasado era una de las zonas más peligrosas para ejercer el periodismo y lo sigue siendo. Ahí emerge otro problema que es más novedoso, que no tiene que ver con los gobiernos autoritarios y las dictaduras, sino con regímenes que han sido electos por votación popular bajo las reglas de la democracia, pero que esas mismas herramientas las utilizan para silenciar a las voces más críticas. Y ese es, tal vez, uno de los fenómenos más recientes y más graves, porque resulta mucho más difícil identificar y combatir, porque si llega un autócrata que llega por la vía popular y que la gente lo estima y lo valora, obviamente que es mucho más difícil horadar las amenazas que esos regímenes representan para el ejercicio de la prensa”.
Otro de los temas que se tocaron en la entrevista tuvo relación con el crimen organizado y cómo este pone en riesgo la libertad de prensa. “México dice que hay otros países que están siendo permeados por el crimen organizado, que está afectando duramente el ejercicio del periodismo y de los medios de comunicación en términos de seguridad, de espacios, de lugares y de comunidades que no están siendo servidas en el sentido de poder informar, entregar contenidos y permitir la comunicación de las comunidades si lo entendemos como un servicio público”, dijo la profesora Lagos.
Finalmente, se habló también de la desconfianza en los medios de comunicación tradicionales y la desinformación como fenómeno. “Tiene que ver con la precarización del periodismo. O sea, si cualquiera puede ser periodista, entonces para qué necesito periodistas. Y necesitamos periodistas [...]. (Los periodistas) podemos filtrar qué es lo que amerita ingresar al debate público y qué no, y poder sopesar los enormes desórdenes informativos en que estamos insertos y en que circulan mayoritariamente por plataformas digitales. Ahora, los estudios que hay sobre esto indican el rol que tienen los medios tradicionales en amplificar la desinformación, que circula por mensajería —WhatsApp, Telegram o cualquiera que usen quienes están escuchando— cuando lo amplifican medios de comunicación tradicionales, o bien, voces que están en el debate público, que son normalmente políticos o influencers. Entonces, hay un montón de medios tradicionales —que no es necesario que nombremos— que tienen secciones de qué se discute en Twitter por razones que tienen que ver con el tráfico que necesitan los medios de comunicación, porque es la forma en la que se están financiando. Y ahí la pregunta tiene que ver con que en América Latina no hay sistemas mediáticos robustos, que tradicionalmente despiertan mucho resquemor, pero tampoco hemos discutido modelos distintos”.
Gabriela Acuña Becerra