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A dos años de su fallecimiento
La conocida profesional, figura clave del periodismo contra la dictadura, es recordada desde la Escuela en que se formó como un ejemplo para las futuras generaciones. Por ello, junto a la hija de Manola, Francisca Rivera Robles, trabaja para honrar su memoria y contribuir desde la formación a un mejor periodismo.
Era 1979 cuando Manola Robles entró a trabajar a las oficinas de Cooperativa, sin saber que se convertiría en una periodista con un rol esencial en la defensa de los derechos humanos. Titulada de la Universidad de Chile en 1968, en sus primeros años trabajó en radio Agricultura y Radio Chilena, además de distintas revistas y medios como TVN, Agencia Orbe, Las Noticias de Última Hora. Luego se sumarían a esta lista las revistas Cauce, Reuters, Fortín Mapocho, y los diarios mexicanos El Universal y Milenio.
De padre andaluz y de madre chilena, durante su carrera de 50 años de periodismo, la reportera, conductora y editora recibió distintas distinciones, entre ellos el Premio de la Asociación de Radiodifusores de Chile, Premio a la trayectoria en el periodismo nacional, Colegio de Periodistas y Asociación de Periodistas Mujeres, y el Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí. Se suman además el III Premio Latinoamericano de Periodismo (1988), Premio de Periodismo Embotelladora Andina (1998), Personaje Radial Archi (1999) y Premio Universidad La República (2004).
Con la vuelta a la democracia, Manola Robles cubrió la información del gobierno, en el contexto de la reinserción de nuestro país en la comunidad internacional. Desde el 2000 fue agregada de prensa en la embajada de Buenos Aires y luego en Madrid. Cuando volvió a Chile, en 2010, retornó a Radio Cooperativa, como editora de Opinión.
Hace dos años, el 3 de enero de 2021, se realizó el velatorio de la destacada periodista en el Teatro Nacional de la Universidad de Chile, y la ceremonia fue transmitida por cooperativa.cl. En la ocasión, la familia señaló que “Quienes tuvimos el privilegio de estar cerca de ella conocimos su personalidad protectora, valiente, fuerte, apasionada y sobre todo justiciera”.
Carolina Muñoz Castillo, directora de la Escuela de Periodismo, conoció a Manola Robles cuando trabajó en Radio Cooperativa en los años ochenta. Destaca que uno de los principales aportes de Manola Robles fue permitir que “las personas accedieran a la información y que cuestionaran lo que estaba sucediendo. Las chilenas y los chilenos se sentían representadas en sus preguntas, en su búsqueda de la verdad, en querer saber. Ella ponía la información al alcance de todos, siempre desde una perspectiva ética y respetuosa de la dignidad y derechos de las personas”.
Muñoz además subrayó su rigurosidad en el trabajo: “Investigaba, buscaba fuentes, contrastaba la información". "Eran tiempos en que la información se buscaba en libros, documentos, publicaciones de organismos internacionales y de muchas entrevistas para poder armar una nota sólida. No había internet, ni siquiera fax”, recuerda.
Para la directora de la Escuela de Periodismo, Manola Robles fue una maestra que le enseñó el valor del trabajo riguroso y a disfrutar de la vida pese a la dureza de los años de la dictadura.
Hoy la Escuela de Periodismo está trabajando junto a Francisca Rivera Robles, su hija, para honrar su memoria y contribuir, desde la formación, a un mejor periodismo para nuestro país.
“Es importante que las nuevas generaciones de periodistas conozcan a Manola, para aprender de ella el trabajo riguroso, la investigación bien hecha, la independencia indispensable que debe tener cada periodista para hacer su trabajo y sobre todo, que el periodismo se hace para las personas, pensando en las personas y en sus realidades”, explica Carolina Muñoz.