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Universidad de Chile

Presentación

La carrera de Cine y Televisión de la Facultad de Comunicación e Imagen (FCEI) avanza en el cumplimiento de los objetivos que le dieron vida: refundar la docencia, investigación y extensión en la Universidad de Chile, iniciada el siglo pasado mediante iniciativas históricas y trascendentales para la cinematografía nacional como fueron el Centro de Cine Experimental y la Cineteca de nuestra Casa de Estudios.

La refundación de esa institucionalidad, nacida hace más de cincuenta años, se dio cuando el 27 de septiembre del 2005 el Consejo Universitario de la Universidad de Chile aprobó en su sesión, en una decisión calificada como histórica, la propuesta del Instituto de la Comunicación e Imagen de impartir a contar de marzo del 2006 la carrera de Cine y Televisión.

Ese año ingresa la primera generación: cuarenta estudiantes llenan las aulas de la FCEI, que para ese entonces contaba sólo con un ala del edificio actual, espacio que compartían con los estudiantes de Periodismo.

Con la decisión de estos primeros jóvenes comienza a reescribirse la historia del Cine en la Universidad de Chile, Casa de Estudios que vio interrumpida la producción de contenidos audiovisuales bajo su alero tras el golpe de Estado de 1973.

Una historia interrumpida

Es necesario remontarse a 1902, al puerto de Valparaíso, para encontrar la primera proyección cinematográfica chilena: el Ejercicio Nacional de Bombas, filmación anónima. Este precedente es un hito en la historia del cine chileno que pasó pronto de ser terreno de exhibición a uno de producción de obras. Dicha labor se intensificó a lo largo del siglo XX, con épocas más fructíferas que otras, condicionadas ésta últimas por situaciones políticas del país, por tendencias de la industria mundial del cine y por intenciones de profesionalizar el aprendizaje del proceso de la producción de imágenes en movimiento, entre otros factores.

Una de las épocas más productivas fue la década del 60, en la que la Universidad de Chile tuvo un rol vital en la realización de películas de ficción y documentales, gracias al entusiasmo e interés de algunos -por ese entonces estudiantes, hoy referentes de nuestra cinematografía- como Pedro Chaskel, Helvio Soto, Sergio Bravo, Héctor Ríos, entre otros, que crearon el Centro de Cine Experimental en la Casa de Bello, el año 1957. En dicho espacio, en el que imperó la fijación por problemáticas sociales y nuevos lenguajes: una concepción del cine como instrumento de comunicación con un deber moral. Es a este Centro al que llegan invitados Henri Langlois, director de la Cinemateca Francesa, y el destacado documentalista Joris Ivens que filmó el mediometraje "Valparaíso".

Junto a esto, son estos inquietos interesados en el cine, luego realizadores, los que levantan la iniciativa del Cine Club Universitario, en 1959, espacio de exhibición, reflexión e intercambio de opiniones sobre el cine de la época que se tomaba el salón de honor de la Casa Central de la Universidad de Chile u otras de sus dependencias cada semana.

En vista del nivel de productividad y de las reflexiones de estos jóvenes cineastas sobre su labor y proyección como documentos audiovisuales para la historia futura, crean cuatro años después la Cineteca de la Universidad de Chile, el archivo fílmico más antiguo del país, en el que resguardaron sus trabajos y los materiales que la Universidad ya poseía: un importante acervo que se comenzó a construir más de treinta años antes, en 1929, cuando fue creado el Instituto de Cinematografía Educativa (ICE), primera iniciativa dedicada a la producción y almacenamiento de material educativo, dirigido por Armando Rojas Campos.

En la Cineteca y el Centro de Cine Experimental se consolidaron finalmente como un poderoso movimiento cinematográfico que investigó y representó la memoria social y política de los años sesenta y setenta en el que se formaron importantes cineastas como Miguel Littin, Raúl Ruiz y Patricio Guzmán.

Es en este período en el que bajo el alero de la "U" emergen películas trascendentales del cine nacional como "El chacal de Nahueltoro" (Miguel Littin, 1969), "Caliche Sangriento" (Helvio Soto, 1969), "Venceremos" (Pedro Chaskel, 1970), impetuosa productividad que fue detenida luego del golpe de Estado de 1973, periodo tras el cual muchos de estos cineastas salen al exilio y otros son desaparecidos como es el caso del camarógrafo Jorge Müller. Y no sólo eso: es desmantelada gran parte de la colección de la Cineteca de la Universidad de Chile y las obras de realizadores independientes y de otras instituciones, materiales que incluso hasta el día de hoy se encuentran desaparecidos. Es este escenario político el que cierra de golpe la puerta de este ascendente proceso, pero sólo en el país, ya que en el extranjero se continúan filmando obras: el cine no para.

El cine vuelve a "La Chile"

En el 2005, la producción audiovisual se institucionaliza como política pública con la creación del Consejo Nacional del Audiovisual. A la fecha más de 10.000 personas constituyen el universo laboral de la imagen en movimiento y más de 100.000 cámaras de video en manos de jóvenes y adultos escriben historias familiares y sociales. En paralelo, pero arrastrándose de hace décadas, la comunicación mediante imágenes toma un rol vital en la cotidianidad de las personas.

De la mano de este ascendente proceso y de la masificación de la imagen como referente comunicante gracias a la televisión, es que el rol de la visualidad de la sociedad cambia profundamente, convirtiéndose en un valor compartido de suma importancia. El contexto en que se produce esta explosión es aún difícil de dimensionar: La cultura audiovisual domina las relaciones sociales y es el referente más poderoso de construcción de imaginarios locales, nacionales y universales. La revolución tecnológica democratiza la producción y el consumo de imágenes hasta límites insospechados.

Es en vista de esto que académicos del entonces ICEI, que albergada sólo a la carrera de periodismo, se plantean este escenario como un desafío para la Universidad de Chile, deudora de un pasado en el área, antecedente que da aún más fuerza a la idea de generar una carrera profesional dedicada no sólo a la creación, sino que a la reflexión del rol de la producción audiovisual en cine y en televisión.

En este proceso de planteamiento de la carrera es en el que se edifican los objetivos y el plan de estudios de la naciente carrera de Cine y Televisión, que están direccionadas a responder a la necesidad de instruir a los estudiantes en técnicas y lenguajes, y también entregar una cualificación teórica, unida a una valoración de las imágenes en cuanto relatos que dan sentido a una sociedad. Lo anterior está estrechamente ligado a la responsabilidad de la Universidad de Chile como universidad nacional y pública, que responde a temas y dilemas muy concretos de la construcción social y que respondió al llamado del ICEI al aprobar este proyecto el año 2005 y abrir así las postulaciones a la primera generación que ingresó al año siguiente.

Refundación e Instalación

La carrera de Cine y Televisión cumple con el proyecto de refundar la docencia, investigación y extensión cinematográfica en la Universidad de Chile, iniciada el siglo pasado mediante iniciativas trascendentales para la cinematografía nacional como fueron el Departamento de Televisión Educativa, el Centro de Cine Experimental y la Cineteca de nuestra Casa de Estudios. La refundación de esta misión, nacida hace más de 50 años, se concretó el 27 de septiembre del 2005, cuando el Consejo Universitario de la Universidad de Chile aprobó la propuesta del ICEI de impartir, a contar de marzo del 2006, la Carrera de Cine y Televisión.

Entre los años 2006 y 2010, se creó e instaló la primera malla curricular, se formó el primer cuerpo académico, se adquirió el equipamiento audiovisual inicial y se construyó el edificio actual de la carrera. Además, en 2009 se realizó el primer concurso público para contratar académicos de jornada completa orientados específicamente a docencia en la carrera. En 2010 se tituló la primera generación y uno de sus estudiantes obtuvo el primer reconocimiento internacional para una obra de título de la carrera. Simultáneamente con estos logros, se inició un proceso de discusión y evaluación del funcionamiento general del programa académico, que un año más tarde se formalizó mediante la creación de una comisión de innovación curricular (2011). En esta etapa fundacional, se desempeñaron como directores los realizadores Francisco Gedda (2006-2007) y Orlando Lübbert (2008-2010).

En el periodo (2010-2015), la carrera de Cine y Tv. fue dirigida por el profesor Carlos Flores. En esta etapa de instalación se realizó el proceso de innovación curricular que finalizó en 2015 con una nueva malla curricular que entró en vigencia el año 2016. Entre 2016 y 2019 la Escuela fue dirigida por el profesor Nicolás Acuña, entre 2019 y 2022 por el profesor Carlos Saavedra y actualmente es dirigida por la profesora Pachi Bustos. La matrícula actual de la carrera es de 350 estudiantes.

Premios de estudiantes y egresados

Durante estos dieciocho años, diversas obras de estudiantes y egresados han sido reconocidas con importantes premios y exhibiciones en festivales de cine nacionales e internacionales, como Cannes, Berlín, Locarno, Valdivia, Sanfic, Clermont Ferrand, sólo por mencionar algunos.

En 2016, Non Castus, dirigida y producida por las estudiantes de cuarto año Andrea Castillo y Alejandra Rosales, fue el único cortometraje chileno seleccionado para competir por el premio a Mejor Corto Internacional en el Festival de Locarno en Suiza, el cual resultó ganador con Mención de Honor.

Por su parte, egresados de la carrera tuvieron una destacada participación en el Festival Internacional de Cine de Berlín 2016, en el cual, de las cuatro películas chilenas seleccionadas, tres fueron realizadas por exalumnos y otra por uno de los docentes de la carrera, Alejandro Fernández, con su obra Aquí no ha pasado nada.

Así, el largometraje Las Plantas, del exalumno Roberto Doveris -primer largometraje realizado gracias al concurso de largometrajes de egresados organizado y apoyado por el ICEI- fue la gran ganadora de la sección joven Generation 14plus en el certamen alemán. Además, obtuvo la Mención Especial del Jurado Joven.

Isabel Orellana, egresada de la carrera y productora de Nunca vas a estar solo, dirigida por Alex Anwandter y que se basa en el caso de Daniel Zamudio, consiguió una mención de los Teddy Awards en Berlín tras ganar el Premio Especial del Jurado. Este galardón se entrega desde 1987 a las películas con temas LGBT (Lésbicas, Gay Bisexualidad y Transgénero).El cortometraje Locas Perdidas realizado por los egresados Ignacio Juricic y Mariana Tejos, ganó el premio al mejor Cortometraje Ficción en la décima versión de los Premios Pedro Sienna 2016 y obtuvo el segundo lugar en la Sélection de Cinéfondation en el último Festival Internacional de Cannes. El cortometraje fue una de las 18 obras seleccionadas, de las cuales solo dos eran latinoamericanas, de entre 1600 postulantes de 381 escuelas de cine del mundo. Esta es la primera vez que la Universidad de Chile participa en la Sélection de Cinéfondation.

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